"Mi libertad es morir con dignidad"

Madeleine Z. escribió varias cartas antes de quitarse la vida en las que proclamaba su militancia a favor de la eutanasia

"Mi libertad es morir con dignidad". Madeleine Z., de 69 años, entregó una carta a EL PAÍS días antes de quitarse la vida en compañía de dos voluntarios del grupo proeutanasia al que ella misma pertenecía. En ella expone su situación, que la enfermedad degenerativa que sufre no le deja "ni esperanza" y que no quiere vivir en silla de ruedas. "Hay mucha gente como yo, pero no se atreven. No es un crimen. No es un asesinato". "Una frase bonita que he leído: después de las montañas hay estrellas", subraya en la carta.

Antes de morir envió también cartas a sus familiares y amigos, además de...

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"Mi libertad es morir con dignidad". Madeleine Z., de 69 años, entregó una carta a EL PAÍS días antes de quitarse la vida en compañía de dos voluntarios del grupo proeutanasia al que ella misma pertenecía. En ella expone su situación, que la enfermedad degenerativa que sufre no le deja "ni esperanza" y que no quiere vivir en silla de ruedas. "Hay mucha gente como yo, pero no se atreven. No es un crimen. No es un asesinato". "Una frase bonita que he leído: después de las montañas hay estrellas", subraya en la carta.

Antes de morir envió también cartas a sus familiares y amigos, además de una misiva al juez en la que le informaba de su decisión de quitarse la vida en pleno uso de sus facultades. Madeleine Z. tuvo una vida intensa y la saboreó hasta que la enfermedad se lo impidió.

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Quedó huérfana durante la II Guerra Mundial y, para escapar del internado, se casó a los 15 años. Con apenas 20 años, ya separada, se hizo modelo de peluquería y vivió el París bohemio de posguerra: vendía poemas de Georges Brassens e inspiró una canción de Jacques Brel. También vivió en Barcelona y Alicante, donde abrió, con su marido, un restaurante francés.

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