Gandia, en la encrucijada universitaria

La Universitat de València está decidida a potenciar su presencia en Gandia. Una vez dado el paso de convertir la Universitat d'Estiu en la Universitat Internacional de Gandia, el consejo de gobierno de la institución académica baraja crear en la capital de La Safor un campus en el que se impartan titulaciones convencionales. De lo contrario, se optará por una fórmula intermedia. El acuerdo final se tomará antes de que acabe el curso, asegura la vicerrectora de Relaciones Institucionales Rosa Moliner, pero es posible que el asunto vaya rápido y se decida en el plazo de un mes.

"Hemos de...

La Universitat de València está decidida a potenciar su presencia en Gandia. Una vez dado el paso de convertir la Universitat d'Estiu en la Universitat Internacional de Gandia, el consejo de gobierno de la institución académica baraja crear en la capital de La Safor un campus en el que se impartan titulaciones convencionales. De lo contrario, se optará por una fórmula intermedia. El acuerdo final se tomará antes de que acabe el curso, asegura la vicerrectora de Relaciones Institucionales Rosa Moliner, pero es posible que el asunto vaya rápido y se decida en el plazo de un mes.

"Hemos de dar pasos, pero han de ser muy cuidadosos", dice Moliner. Gandia (74.800 habitantes según los últimos datos oficiales) cuenta ya con un campus universitario, el de la Universidad Politécnica de Valencia, y parece claro que el horizonte académico valenciano contará, con mayor o menor retraso, con un nuevo centro, la Universidad Internacional Valenciana, el proyecto virtual del consejero Justo Nieto. Ambos factores, unidos a los efectos que la bajada de natalidad continúa provocando en la matrícula llevan al equipo rectoral a actuar con prudencia, sobre todo cuando la financiación de infraestructuras universitarias no pasa por su mejor momento.

La decisión se tomará antes de final de curso y probablemente en menos de un mes

Moliner considera que, en caso de que finalmente se creara un nuevo campus, no se generarían problemas de competencia con la otra universidad valenciana. "La Politécnica tiene allí unas titulaciones muy específicas, y yo creo que somos complementarios, aunque a veces no lo parezca".

El nuevo escenario al que dará lugar la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior y la reconversión de las enseñanzas universitarias en títulos de grado y de posgrado ofrecería en ese sentido suficiente margen como para no duplicar la oferta.

De lo que existen pocas dudas es del interés del Ayuntamiento de Gandia por acoger un nuevo campus y consolidarse como un polo universitario. El Consistorio ha enviado mensajes de su disposición a ceder los terrenos en los que se construiría el nuevo edificio. Lo que por otra parte serviría para liberar el Palau Ducal dels Borgia, actual sede de la Universitat Internacional de Gandia, cuyo director, Joan del Alcázar, describe como "un marco incomparable, el edificio emblemático de la ciudad".

El traslado de la Universitat del Palau, cuyo titular es la Compañía de Jesús, resulta en cualquier caso inevitable. En los acuerdos firmados entre las Administraciones local y universitaria se señalaba que ese emplazamiento era "provisional".

La Universitat Internacional de Gandia nació a principios de los años 80 mediante un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Universitat, convirtiéndose en una de las primeras universidades de verano que se crearon en España. En sus orígenes participó también la Generalitat, pero su participación fue diluyéndose hasta desaparecer tras la llegada al poder del Partido Popular.

Mientras se decide el futuro papel de la Universitat en Gandia, la institución académica continúa desarrollando su función actual, organizada en torno a cuatro ejes. El primero, señala Del Alcázar, es el formativo, centrado en la formación de profesorado no universitario y en la enseñanza de lengua y cultura valenciana y española, dirigida sobre todo a estudiantes extranjeros. A lo que habría que sumar los cursos y talleres que se imparten en verano. El segundo consiste en la transferencia al tejido productivo de los resultados de la investigación de la Universitat. Algo así como una delegación de la OTRI con una vertiente tecnológica (como en el terreno de la investigación química) y otra de ciencias sociales (como la elaboración de estrategias con las que la industria podría responder a la competencia asiática).

El tercer eje es internacional: "Consideramos que uno de los indicadores importantes de las universidades va a ser la capacidad de atracción de estudiantes de otros países. En nuestro caso, pensamos que un espacio especial debe ser América Latina, por razones obvias, y también los países del Mediterráneo", sigue el director. Los dos países diana han sido hasta ahora Brasil y sobre todo Chile. El concepto de estudiante no es el convencional; se trata en muchos casos de trabajadores, en muchos casos funcionarios, que quieren mejorar su formación.

La última "pata" es la cultural: desde el fomento de los estudios sobre los Borgia o los autores clásicos catalanes hasta la realización de conciertos en la Casa de la Marquesa.