Reportaje:

Un muñeco de nieve 'basmati'

Un taller inculca a niños de entre siete y nueve años los principiosdel comercio justo a través de recetas de cocina lúdicas y creativas

La segunda planta de la Casa Encendida olía ayer a cacao, a mermelada de piña y a pan de molde brioche. A pesar de estos aromas que inundaban los pasillos, no había rastro de botes de Nocilla, tarros de cristal con un logotipo comercial o bolsas de plástico de pan Bimbo. Las marcas conocidas no aparecieron por el edificio de la obra social de Caja Madrid en el barrio de Lavapiés.

El cacao se había cultivado en Ecuador y Costa Rica; la mermelada la habían hecho pequeños agricultores de una cooperativa del pueblo ecuatoriano de Bolívar; y el resto de productos -los que no se compra...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La segunda planta de la Casa Encendida olía ayer a cacao, a mermelada de piña y a pan de molde brioche. A pesar de estos aromas que inundaban los pasillos, no había rastro de botes de Nocilla, tarros de cristal con un logotipo comercial o bolsas de plástico de pan Bimbo. Las marcas conocidas no aparecieron por el edificio de la obra social de Caja Madrid en el barrio de Lavapiés.

El cacao se había cultivado en Ecuador y Costa Rica; la mermelada la habían hecho pequeños agricultores de una cooperativa del pueblo ecuatoriano de Bolívar; y el resto de productos -los que no se compraron a través de los canales de comercio justo- eran de marca blanca. La cocina improvisada que se montó en un aula tenía una segunda particularidad: ninguno de los 14 cocineros medía más de metro y medio.

"¿Comercio justo? Nos lo acaban de explicar, pero ya no me acuerdo qué es", dice Jaime

El taller Niños solidarios en la cocina nació en 2002, como un intento de Begoña Izquierdo por enseñar a los que tienen entre siete y nueve años qué es eso del comercio justo. Pero Izquierdo no quería hacerlo desde un punto de vista negativo, contándoles a los pequeños las penurias que sufren los campesinos de los países pobres, sino acercando a los niños los productos de estas zonas. Y enseñándoles todo lo que se puede hacer con ellos.

Mientras Izquierdo explica su vinculación con las ONG, los niños prefieren ocuparse de otras cosas. "¿Comercio justo? Pues nos lo acaban de explicar, pero ahora no me acuerdo de qué es", dice Jaime -"Jaime uno", especifica para diferenciarse de Jaime dos-, muy concentrado en que su arroz basmati se parezca lo máximo posible a un muñeco de nieve.

Su compañera Julia, que cumplirá nueve años en un mes, ha aprendido mejor la lección y define el producto que se trae entre manos: "Es un arroz que está riquísimo y que viene de la India, sobre todo con pollo al curry". Todavía más: "El comercio justo es para ayudar a los países pobres, que venden su comida a muy bajos precios y luego los otros lo venden muy caro porque dicen que viene de muy lejos". Y es que Julia ya es una veterana en estos talleres. En otras ocasiones ha preparado un desierto de cous-cous o una lagartija de chocolate. Cuenta su madre que el día que se estrenó llegó muy triste por lo que allí le habían contado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Una vez que terminan de decorar el muñeco de nieve -pimientos morrones para el chal, zanahorias para la escoba-, el tropel va hacia la mesa central, en la que la "monitora" Begoña les explica cómo hacer el siguiente plato: el árbol de navidad con pan, mermelada, chocolate y gominolas. La paridad que reina en la clase no ha logrado que los niños se comporten igual que las niñas. Mientras ellas no pierden un detalle de lo que les cuenta Begoña, ellos no se contagian de la doctrina de amor entre pueblos que les intentan inculcar. "Cojo una granada, un bazuka y un rifle y te mato", le suelta Guillermo, de siete años, a otro compañero. "Hoy están más revolucionados de lo normal", les disculpa Izquierdo.

A las 13.30, el taller ha terminado. Los padres van llegando y reciben a sus hijos con un "¡qué bonito!" al ver el plato de cada uno.

El taller de la Casa Encendida no es el único que intenta responder a preguntas como "¿de dónde procede el cacao que llena nuestras mesas durante las fiestas?" La obra social de La Caixa también organiza Dulce Navidad Solidaria, que plantea estas cuestiones. La diferencia es que éste no está pensado únicamente para los niños: los adultos también pueden participar en este cursillo gratuito que se celebra hoy en el Centro Caixa y que pretende introducir las claves del comercio justo, informa Francesco Manetto. Los asistentes, además, prepararán su propio dulce navideño. De chocolate, por supuesto.

Niños solidarios en la cocina. Los próximos talleres se celebrarán el 3 de febrero, 3 de marzo y 21 de abril. Precio: tres euros. Inscripciones en la Casa Encendida, ronda de Valencia, 2. Dulce Navidad Solidaria. Hoy, el 2 y el 4 de enero a las 12.00, en el Centro Caixa. Calle de Arapiles, 15. 91 444 54 15; www.lacaixa.es/obrasocial

UN HOMBRE DE NIEVE, 35 MINUTOS

En una cacerola grande, se cuece durante 25 minutos el arroz basmati, de comercio justo. Una vez cocido, se deja enfriar durante unos minutos

El arroz se coloca en un plato, dibujando la forma de un muñeco de nieve. Pueden utilizarse moldes circulares de dos tamaños distintos

Sobre el cuerpo del muñeco, unos trozos de salmón o de jamón simulan un chaleco. Y los guisantes serán los botones de la chaqueta

Una tira de pimiento morrón hace de bufanda o, si se prefiere, una anchoa sirve de corbata

Con una zanahoria se hace la escoba para colocarla en el brazo

Con un pimiento o un tomate cortamos un sombrero para el muñeco

A los pies del hombre de nieve, un poco de queso fresco batido simulará la nieve que se derrite

Sobre la firma

Archivado En