Conflicto en el sector aéreo

AENA adelantó 250 euros por viajero cuando cerró El Prat

Huelgas, retrasos, cancelaciones, overbooking... El transporte aéreo ocupa el tercer puesto entre los sectores con más reclamaciones interpuestas por los consumidores. Y a los pasajeros no les faltan razones para quejarse. La última crisis se produjo en el aeropuerto del Prat, en Barcelona, que tuvo que cerrar el 28 de julio pasado por un conflicto laboral de Iberia. En ese caso, AENA (empresa pública responsable de los aeropuertos) decidió adelantar a los afectados el pago de 250 euros a modo de compensación.

La medida sentó un precedente en el sector, que en 2004 vio cómo entra...

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Huelgas, retrasos, cancelaciones, overbooking... El transporte aéreo ocupa el tercer puesto entre los sectores con más reclamaciones interpuestas por los consumidores. Y a los pasajeros no les faltan razones para quejarse. La última crisis se produjo en el aeropuerto del Prat, en Barcelona, que tuvo que cerrar el 28 de julio pasado por un conflicto laboral de Iberia. En ese caso, AENA (empresa pública responsable de los aeropuertos) decidió adelantar a los afectados el pago de 250 euros a modo de compensación.

La medida sentó un precedente en el sector, que en 2004 vio cómo entraba en vigor un nuevo reglamento europeo para reforzar los derechos de los pasajeros. Pero ese reglamento establece que el responsable de satisfacer las compensaciones es, salvo alguna excepción, la aerolínea. En cambio, en el caso del cierre del Prat, fue AENA la que pagó el dinero y luego reclamó a Iberia.

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Fue un cobro rápido para los pasajeros afectados, pero probablemente no para el ente público AENA.

Ésta no ha sido la primera vez que el Gobierno ha intervenido para evitar el caos aéreo. En julio de 2001, los aviones de Iberia estuvieron paralizados durante casi seis horas ante la dimisión en cadena de 99 pilotos, que mantenían un conflicto con la compañía, que dijo que no tenía más remedio que cancelar esos vuelos para garantizar la seguridad. El Ministerio de Fomento presionó a Iberia para que reanudase el servicio y llegó a amenazar con emprender acciones legales. Poco después, la compañía dio marcha atrás en su decisión.

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