EDUARDO MADINA | Diputado del PSOE | El proceso para el fin del terrorismo

"Ser víctima no me parece un valor añadido para tener razón"

Durante cinco años, casi en secreto, el diputado socialista Eduardo Madina se ha venido resistiendo al juego que le propuso ETA el 19 de febrero de 2002. "Con sus inyecciones de odio, ETA busca reacciones de odio en sus víctimas. Si quiso buscar en mí a un jugador en ese juego, conmigo que no cuente". Aquella mañana, unos terroristas que ahora acaban de ser juzgados y condenados a 20 años de prisión, colocaron en el coche de Madina, que entonces tenía 25 años y un cargo sin sueldo en las Juventudes Socialistas de Euskadi, dinamita suficiente para haber acabado con su vida. Le arrebataron la pi...

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Durante cinco años, casi en secreto, el diputado socialista Eduardo Madina se ha venido resistiendo al juego que le propuso ETA el 19 de febrero de 2002. "Con sus inyecciones de odio, ETA busca reacciones de odio en sus víctimas. Si quiso buscar en mí a un jugador en ese juego, conmigo que no cuente". Aquella mañana, unos terroristas que ahora acaban de ser juzgados y condenados a 20 años de prisión, colocaron en el coche de Madina, que entonces tenía 25 años y un cargo sin sueldo en las Juventudes Socialistas de Euskadi, dinamita suficiente para haber acabado con su vida. Le arrebataron la pierna izquierda, pero, a tenor de su testimonio, le dejaron el alma intacta.

"Al principio, en la UCI, todo eran llantos, todo eran odios, todo eran pasiones, incomprensiones... Pero durante todos estos años, en un proceso de fabricación interior, no secreta pero casi, sólo compartida con mi gente más cercana, he ido contrastando todo lo que un atentado genera en tu vida por dentro, en la cabeza, en el corazón, en el estómago". Dice Madina que, el martes 14 de noviembre, y muy a su pesar, toda esa fabricación íntima de diques contra el odio tuvo que ser sometida a la luz pública. "Cuando aquella mañana me dirigía a la Audiencia Nacional -donde tendría que testificar contra los terroristas que lo quisieron matar- me encontraba nervioso por la trascendencia del momento, por la presencia allí mismo de los miembros de ETA y, sobre todo, porque la intimidad obligada con la que he llevado durante casi cinco años este proceso se iba a romper. Yo he procurado guardar muchas cosas. No he querido poner mi condición de víctima al servicio de mis tesis políticas. No quiero en ningún caso que mis testimonios tengan más peso que los de alguien que no sea víctima del terrorismo. Ser víctima no me parece un valor añadido a la hora de tener razón. Es verdad que soy una víctima de ETA, pero no sólo soy una víctima de ETA. Y he querido dejar todo esto muy claro en mi interior para que no sea ETA -o lo que ETA fabricó en mí el 19 de febrero de 2002- la que decida mis perspectivas, ponga mis filtros, genere mis críticas y construya mis pensamientos políticos, mis iniciativas, mis reflexiones...".

"ETA intenta inyectar odio en sus víctimas, pero conmigo que no cuente"
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A preguntas de la fiscal, Eduardo Madina rompió su silencio tan bien guardado. Contó que el atentado no sólo le afectó a él, sino también a los que más quería. "Desde aquel día, en mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia. Cuando ETA visita a alguien genera un fuerte impacto entre los tuyos que no se puede explicar. Eso se vive". Mientras hablaba, la cámara de la Audiencia Nacional -esa que Madina hubiera apagado si le hubieran dado opción- lo fue grabando y, cuando aquella noche volvió a su casa, el diputado socialista se percató de la repercusión de sus palabras. "Yo hubiera hablado sólo para el juez, pero mis palabras estaban ya en todas las televisiones".

Aquella mañana, Eduardo Madina estuvo acompañado por sus compañeros socialistas, por algún cargo de Izquierda Unida y por amigos ajenos a la política. No apareció ningún representante de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. "No me dolió que no estuvieran en el juicio porque no lo esperaba, pero unos días después alguien me envió una fotografía por Internet de José Alcaraz [el presidente de la AVT] dándole la mano a Sáenz de Ynestrillas en la puerta de la Audiencia Nacional y entonces, en ese momento, sí me dio pena que prefiriera la compañía de Ynestrillas a la mía".

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A Madina le duele especialmente la actitud de la dirección del PP en lo que respecta al proceso de paz. "Estoy convencido de que hay gente dentro del PP que no está de acuerdo con la frase estrella de Mariano Rajoy: 'El Gobierno Zapatero está traicionando a las víctimas'. Esa es su mayor aportación de la legislatura, su titular, su momento estelar, su hit, su cima más alta, pero ahí se desmontó como político, se convirtió en otra cosa. Se deconstruyó a sí mismo como aspirante a la presidencia de un gobierno. Él ya no vale para eso después de la frase. Le va a perseguir siempre, toda su vida, a no ser que algún día pida perdón por ella".

Precisamente, el hoy líder del Partido Popular era ministro del Interior cuando Eduardo Madina sufrió el atentado. "Y todavía no he conseguido que me pregunten qué tal estoy. Ni Acebes ni Zaplana. Ni nadie del PP vino a verme al hospital. Nadie. Nadie entró en mi habitación y me dijo: 'hola, soy Fulanito de Tal, miembro, dirigente o lo que sea del PP...'. Estoy seguro de que tengo la solidaridad del Partido Popular, porque no puede ser de otra manera, pero durante aquellos días nadie me la llevó a la habitación del hospital. Y tampoco he conseguido todavía que Rajoy me pregunte cómo me encuentro. Él, que dice que tiene a las víctimas por bandera".

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