Planes a corto plazo

Tras dos jornadas de agitación, la calma se instaló ayer en las naves ocupadas del recinto de Can Ricart, en el barrio de Poblenou de Barcelona. La decisión del juez de denegar el desalojo cautelar -pese a la denuncia del propietario y contra la petición de los Mossos d'Esquadra- ha dado alas a los jóvenes ocupantes, que ahora afrontan el futuro con optimismo y conscientes de que, muy probablemente, pasarán las próximas semanas, e incluso meses, en el recinto.

La demanda del propietario pasa ahora a un juzgado de instrucción, que puede dar luz verde o denegar el desalojo. Si opta por es...

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Tras dos jornadas de agitación, la calma se instaló ayer en las naves ocupadas del recinto de Can Ricart, en el barrio de Poblenou de Barcelona. La decisión del juez de denegar el desalojo cautelar -pese a la denuncia del propietario y contra la petición de los Mossos d'Esquadra- ha dado alas a los jóvenes ocupantes, que ahora afrontan el futuro con optimismo y conscientes de que, muy probablemente, pasarán las próximas semanas, e incluso meses, en el recinto.

La demanda del propietario pasa ahora a un juzgado de instrucción, que puede dar luz verde o denegar el desalojo. Si opta por esta segunda opción -algo frecuente en estos casos-, el propietario no tendrá más remedio que recurrir a la vía civil para conseguir una orden de desalojo, pero los plazos son mucho más prolongados que por la vía penal.

Ante la perspectiva de que el desalojo va para largo, las cerca de 200 personas instaladas en Can Ricart -entre artistas callejeros procedentes de la ya desalojada La Makabra y miembros del colectivo okupa- empezaron ayer a diseñar sus planes a corto plazo. A lo largo del día, los jóvenes se dedicaron, por turnos, a acondicionar el recinto. Gadi, una de las portavoces del colectivo, aseguró que "queda mucho trabajo por hacer", ya que el estado de las naves es precario.

El objetivo más inmediato es que, a lo largo de esta semana, los artistas circenses puedan reanudar en Can Ricart los talleres y ensayos que realizaban en La Makabra, también situada en el barrio del Poblenou. Además de limpiar y acondicionar el recinto, los okupas comenzaron a trazar la estrategia que seguirán en los próximos días. Primero los jóvenes se reunieron en una asamblea interna y después mantuvieron un encuentro con los colectivos vecinales y artísticos que les han brindado apoyo. Los jóvenes prohibieron el acceso de los medios de comunicación a ambas reuniones.

Uno de los colectivos convocados a la reunión fue la plataforma Salvem Can Ricart, partidaria de mantener la práctica totalidad del antiguo recinto fabril de Can Ricart por su valor patrimonial. "Todos luchamos contra el 22@ y la especulación", explicó Gadi.

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