¿Blindaje o puente frente a Fenosa?

Tras cerrar el acuerdo de compra con Scottish Power, Iberdrola ha lanzado el mensaje de que esta operación no sólo no es un obstáculo frente a una eventual fusión con Unión Fenosa, sino que, al contrario, servirá para facilitarla. El argumento estrella es que el examen de la operación desde el punto de vista de la competencia no recaerá en las autoridades españolas, sino en las europeas, lo cual, de rebote, allanaría también el camino en las autoridades regulatorias. ¿Cómo podría imponer la Comisión Nacional de la Energía a Iberdrola condiciones como las exigidas a E.ON para comprar Endesa hab...

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Tras cerrar el acuerdo de compra con Scottish Power, Iberdrola ha lanzado el mensaje de que esta operación no sólo no es un obstáculo frente a una eventual fusión con Unión Fenosa, sino que, al contrario, servirá para facilitarla. El argumento estrella es que el examen de la operación desde el punto de vista de la competencia no recaerá en las autoridades españolas, sino en las europeas, lo cual, de rebote, allanaría también el camino en las autoridades regulatorias. ¿Cómo podría imponer la Comisión Nacional de la Energía a Iberdrola condiciones como las exigidas a E.ON para comprar Endesa habiendo quedado éstas desacreditadas como ilegales?

El principal punto débil en ese argumentario es que no está para nada claro que Bruselas vaya a pasar por el aro de una fusión entre dos compañías nacionales como Iberdrola y Fenosa, y menos sin exigir serias concesiones. Lo que gana el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, es mucho margen de maniobra. El procedimiento de análisis de las concentraciones en Bruselas funciona como un tira y afloja entre el departamento de Neely Kroes y las empresas, que tienen la posibilidad de ofrecer concesiones para evitar el veto. Lo que no hace la Comisión Europea es poner ella misma las condiciones; son las empresas las que han de asumir compromisos. Y Galán tendrá ahí un protagonismo mucho mayor que el resultante de someter la operación al dictamen de las autoridades nacionales y esperar pasivamente el resultado.

El presidente de la propia Unión Fenosa, Pedro López Jiménez, se ha resistido a dar por buena la tesis de que la compra de Scottish Power favorece una hipotética fusión. "Es un tema muy complejo", dijo el viernes lacónicamente.

La compra de Scottish Power también encarece el desembarco de ACS. El 10% que compró la constructora se convierte en un 7,86%. La factura para tomar un 24,99% (lo que le ha autorizado la CNE) aumenta un 27%. Con el canje de acciones, Iberdrola se mete en vena además grandes inversores institucionales, que son lo que dominan el capital de Scottish Power, y que entrarán en el accionariado de la eléctrica española. Es el tipo de socio que a Galán le gusta y con el que se entiende.

Si la compra de Scottish es un puente para la fusión con Fenosa, desde luego no lo parece.

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