Una OPA ideada para que nada cambie en OHL

Cumplir y mentir, dicen algunos inversores. J. M. Villar Mir, presidente y mayor accionista de OHL, ante la efervescencia de operaciones corporativas y los cambios normativos en el mercado de OPA, ha decidido seguir la máxima de Lampedusa en su novela El gatopardo: cambiar todo para que nada cambie. Y ha ideado una OPA como un traje a medida de sus deseos e intereses. Una OPA a la que, previsiblemente, nadie acudirá (ofrece 15,62 euros por acción y el viernes cerró a 21,28 en Bolsa), pero que le va a permitir, con todas las bendiciones, seguir conservando más del 50% de OHL.

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Cumplir y mentir, dicen algunos inversores. J. M. Villar Mir, presidente y mayor accionista de OHL, ante la efervescencia de operaciones corporativas y los cambios normativos en el mercado de OPA, ha decidido seguir la máxima de Lampedusa en su novela El gatopardo: cambiar todo para que nada cambie. Y ha ideado una OPA como un traje a medida de sus deseos e intereses. Una OPA a la que, previsiblemente, nadie acudirá (ofrece 15,62 euros por acción y el viernes cerró a 21,28 en Bolsa), pero que le va a permitir, con todas las bendiciones, seguir conservando más del 50% de OHL.

La articulación de esta OPA, anunciada hace meses y cuyo precio cuenta en principio con el beneplácito de la CNMV, defrauda la finalidad de la norma de estas operaciones, a juicio de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios. La OPA obligatoria, dicen, es un derecho de los minoritarios pero se convierte en ficción cuando se ofrece un precio muy inferior al de cotización en Bolsa.

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