El presidente de Baja Sajonia pide la salida de Piëch de Volkswagen

La fábrica de Bruselas para en protesta por el silencio sobre su futuro

El presidente del Estado federado de Baja Sajonia, Christian Wulff, se declara contrario a la continuidad de Ferdinand Piëch como presidente del consejo de vigilancia del grupo Volkswagen. En una entrevista que publica hoy el dominical Bild am Sonntag, el político democristiano sostiene que "será difícil" separar la figura de Piëch de sus intereses en Porsche, empresa propietaria del 27,4% de los títulos de Volkswagen. El 50% de Porsche está en manos de la familia de Piëch, descendiente de su fundador. El propio Piëch, que en todo caso seguirá en el puesto hasta la próxima junta de acci...

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El presidente del Estado federado de Baja Sajonia, Christian Wulff, se declara contrario a la continuidad de Ferdinand Piëch como presidente del consejo de vigilancia del grupo Volkswagen. En una entrevista que publica hoy el dominical Bild am Sonntag, el político democristiano sostiene que "será difícil" separar la figura de Piëch de sus intereses en Porsche, empresa propietaria del 27,4% de los títulos de Volkswagen. El 50% de Porsche está en manos de la familia de Piëch, descendiente de su fundador. El propio Piëch, que en todo caso seguirá en el puesto hasta la próxima junta de accionistas en mayo, posee el 13%.

El Gobierno de Baja Sajonia ocupa dos asientos permanentes en el consejo de vigilancia del grupo Volkswagen gracias a una ley de 1960. Desde que se decidió su privatización, la llamada Ley Volkswagen impide además que ningún propietario pueda emitir más del 20% de los votos en las juntas de accionistas, aunque posea mayor proporción de títulos.

El Estado federado de Baja Sajonia controla hoy alrededor del 20% de las acciones de Volkswagen con derecho a voto, una "minoría de bloqueo" dado que la ley establece para Volkswagen que las decisiones importantes deben contar con un apoyo entre el accionariado superior al 80%. La sociedad queda así blindada frente a posibles compradores y la influencia pública, garantizada.

Sin embargo, la ley Volkswagen fue ya en 2004 objeto de una petición formal de la Comisión Europea al Gobierno alemán por su incompatibilidad con las leyes comunitarias de libre circulación de capitales. Su derogación a instancias de la Unión Europea se espera para mediados de 2007.

Con la ley Volkswagen pendiente de un hilo y con la intención declarada de reunir el 30% de los títulos del grupo Volkswagen, Piëch y Porsche podrían hacerse con el control del gigante. Ya han dado varios pasos en esa dirección. El más sonado, la decisión de sustituir a Bernd Pischetsrieder, aún presidente de Volkswagen, por Martin Winterkorn, hombre de confianza de Piëch.

El cese fue aprobado el viernes por el consejo de vigilancia en una votación de la que se abstuvieron cuatro miembros, según informó ayer el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Interpretaba el rotativo estas abstenciones como protestas contra Piëch, que se enfrentó a "una fuerte resistencia" y "no quiso provocar mayores discusiones". El encumbramiento de Winterkorn propiciado por Piëch impidió así que el consejo se pronunciara sobre los planes de reorganización que trae bajo el brazo el nuevo presidente.

Durante la noche del viernes, la incertidumbre sobre estos cambios provocó un paro de varias horas en la fábrica de Volkswagen en Bruselas. Los trabajadores de la planta belga abandonaron el turno de noche para protestar contra el silencio del consejo de vigilancia sobre los despidos en las plantas europeas que hace dos semanas anunció Horst Neumann, jefe de personal y miembro de la presidencia del grupo.

La fábrica de Volkswagen en Bruselas da empleo de modo directo a 5.400 personas e indirectamente a otro millar.

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