Los rehenes del secuestro masivo de Bagdad sufrieron torturas

El asalto a un edificio oficial crea disensiones en el Gobierno

El secuestro de decenas de hombres a plena luz del día en un edificio público en Bagdad, el pasado martes, está agravando las disensiones internas en el frágil Gobierno iraquí, además de poner de relieve lo que muchos en Oriente Próximo ya piensan: que el país está inmerso en una guerra civil. El ministro de Educación Superior iraquí dijo ayer, en contra de la tesis del primer ministro, que aún quedan 80 secuestrados en paradero desconocido, y que algunos de ellos han sido torturados y asesinados.

El ministro del que depende el instituto de investigación donde se produjo el secuestro, e...

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El secuestro de decenas de hombres a plena luz del día en un edificio público en Bagdad, el pasado martes, está agravando las disensiones internas en el frágil Gobierno iraquí, además de poner de relieve lo que muchos en Oriente Próximo ya piensan: que el país está inmerso en una guerra civil. El ministro de Educación Superior iraquí dijo ayer, en contra de la tesis del primer ministro, que aún quedan 80 secuestrados en paradero desconocido, y que algunos de ellos han sido torturados y asesinados.

El ministro del que depende el instituto de investigación donde se produjo el secuestro, el suní Abel Thiyab, dijo ayer, citando a varios rehenes liberados, que los raptores habían torturado y asesinado a algunos de los secuestrados. "Según la gente liberada, les mataron con torturas", explicó. El ministro añadió que varios de los que han aparecido vivos también fueron torturados. "Algunos tenían sus piernas y manos rotas".

Uno de ellos relató que fue llevado a Ciudad Sáder, bastión de la milicia chií en Bagdad, junto con al menos 100 hombres. "Estaban muy organizados", relató a Reuters. Contó que estuvo sin comida ni agua en un cuarto oscuro con más rehenes, y que fue golpeado. "Sólo podía pensar si volvería a ver a mis hijos", dijo.

Thiyab sostiene una versión del secuestro que difiere de la del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, a cuyo Gobierno ha acusado de "ineficaz" frente a la anarquía del país. "Voy a dimitir hasta que se haga algo de forma activa" para mejorar la seguridad, "y no sólo hablar", dijo.

Mientras, Maliki, que asiste a la creciente presión en EE UU para que las fuerzas iraquíes se hagan cargo de su seguridad y poder retirar las tropas, ha rebajado la importancia de un secuestro masivo en el que unos 40 hombres armados, con uniformes de comandos de la policía iraquí, se llevaron a trabajadores y visitantes de todas las confesiones del instituto de investigación. De hecho, el primer ministro inició ayer un viaje de dos días a Turquía.

80 desaparecidos

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Desde el primer día, las cifras de los distintos organismos han diferido mucho, confusión que aún continúa. Thiyab aseguró ayer que aún se desconoce el paradero de 80 de los hombres que fueron raptados el martes. Según su portavoz, varios funcionarios están elaborando una lista de secuestrados, que incluye al menos a 100 empleados y a unos 50 visitantes. De ellos, al menos 70 habrían sido liberados entre el mismo martes y el miércoles. Pero la oficina del primer ministro asegura que en total sólo hubo 40 rehenes, de los que, como mucho, cinco siguen desaparecidos.

Aunque se desconoce si este secuestro masivo está relacionado con la violencia entre chiíes y suníes, las campañas de limpieza sectaria se han acelerado desde el verano, y han obligado a miles de personas a desplazarse. El riesgo es que la situación, que dirigentes, expertos y ciudadanos de Oriente Próximo ya consideran de guerra civil, se extienda a otros países.

Las muestras de violencia sectaria son diarias. Se sospecha que los pasajeros de seis minibuses en Bagdad fueron secuestrados ayer tras ser parados en un falso control de seguridad. Además, varios hombres armados mataron a nueve personas en una panadería en la capital. Quince personas fueron secuestradas cuando se encontraban en un café de Bagdad.

Por su parte, el Ejército de EE UU anunció ayer la muerte de otros cuatro soldados, lo que eleva a 10 los fallecidos en los dos últimos días. Además, un soldado estadounidense, James Barker, fue condenado a cadena perpetua por haber participado en la violación y asesinato de una joven de 14 años y en el posterior asesinato de tres miembros de su familia.

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