MIGUEL SEBASTIÁN | La apuesta socialista para la capital

Asesor y amigo del presidente

Habitual aspirante a ser ministro de Economía o gobernador del Banco de España, el asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, de 49 años, ha resultado ser el candidato sorpresa a la alcaldía de Madrid. Quizá Sebastián es de los pocos que no iba a poner mala cara al presidente en este momento y el presidente sabe que Sebastián, valiente como nadie, no le va a fallar. Sebastián es de los que se implica a fondo en la tarea.

Lo de Zapatero y Sebastián proviene de un flechazo que se produjo un año antes de las elecciones generales de 2004, cuando el hoy asesor económico apareció de la m...

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Habitual aspirante a ser ministro de Economía o gobernador del Banco de España, el asesor económico de Zapatero, Miguel Sebastián, de 49 años, ha resultado ser el candidato sorpresa a la alcaldía de Madrid. Quizá Sebastián es de los pocos que no iba a poner mala cara al presidente en este momento y el presidente sabe que Sebastián, valiente como nadie, no le va a fallar. Sebastián es de los que se implica a fondo en la tarea.

Lo de Zapatero y Sebastián proviene de un flechazo que se produjo un año antes de las elecciones generales de 2004, cuando el hoy asesor económico apareció de la mano de Jordi Sevilla en el círculo de economistas próximo al PSOE.

En realidad, la carrera política de Miguel Sebastián comenzó cuando el presidente del BBVA, Francisco González, decidió echarle (así de claro) del banco, donde era el director del Servicio de Estudios desde antes de que González llegara. Un cargo de mucha trascendencia en el que no podía mantenerlo después de que Sebastián defendiera desde los boletines del banco el tipo único en el IRPF, que luego hizo suyo el partido socialista. Aquello no gustó nada al entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, y fue la espita que necesitaba González para propiciar la marcha del economista, al que nunca había tenido simpatía.

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El paro le duró poco. Acabó en la sociedad Intermoney junto a otro damnificado del banco, José Pérez, y Carlos Arenillas, hoy vicepresidente de la Comisión de Valores. A partir de ahí se centró en preparar el programa económico del PSOE al frente del grupo Economistas 2002, donde se integraron muchos jóvenes profesionales, hoy altos cargos del Gobierno, y viejos rockeros socialistas.

Esta circunstancia hizo que Sebastián apareciese como el ministro de Economía in péctore cuando Zapatero ganó las elecciones y antes de que éste llamase a Solbes, con el que Sebastián ha tenido discrepancias en algunas decisiones económicas del Gobierno. Por ejemplo, en el intento de entrada de la constructora Sacyr en el BBVA, que muchos tacharon de intento de venganza de Sebastián contra Francisco González.

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Profesor titular de Economía de la Universidad Complutense, hizo el posgrado en Estados Unidos y es especialista en macroeconomía. De estudiante no era de los más activos en los últimos años del franquismo; pero antiguos compañeros le recuerdan siempre implicado.

Desde que tocó el poder le encantan los enredos y disputas de ese proceloso mundo. A su discurso lleno de tecnicismos, ha incorporado esa faceta política que tenía oculta y un verbo directo y afilado que normalmente emplea tirando a degüello al PP, que le ha convertido en uno de sus objetivos preferidos. Un compañero de profesión le define: "Si te tiene como amigo respeta tus opiniones o las rebate con armonía; si no, intenta machacarte".

Aunque los dos años largos que lleva en La Moncloa le han servido de educación en esta tarea, en ocasiones le traicionan las vísceras y lanza improperios de los que luego se arrepiente. Goza de fama de ser un excelente amigo y se caracteriza por no ser precisamente un buen enemigo.

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