Vecinos de un barrio de Valencia rechazan que una iglesia destruya un parque público

El Ayuntamiento permutó la parcela con el arzobispado a cambio de la Almoina

Los vecinos de la plaza ajardinada Mestre Vicent Ballester Fandos, situada en el barrio valenciano de Quatre Carreres y donde hace una semana empezaron las obras de vallado para la construcción de una iglesia, están recogiendo firmas para exigir la paralización de los trabajos de construcción y el cambio de ubicación del templo. Los residentes, que exigen una reunión con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el arzobispado, rechazaron en 1997 la instalación de un centro cívico en la parcela grafiada como servicio público para preservar el parque.

"Cuando miras por la ventana del sa...

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Los vecinos de la plaza ajardinada Mestre Vicent Ballester Fandos, situada en el barrio valenciano de Quatre Carreres y donde hace una semana empezaron las obras de vallado para la construcción de una iglesia, están recogiendo firmas para exigir la paralización de los trabajos de construcción y el cambio de ubicación del templo. Los residentes, que exigen una reunión con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el arzobispado, rechazaron en 1997 la instalación de un centro cívico en la parcela grafiada como servicio público para preservar el parque.

"Cuando miras por la ventana del salón es como si estuvieras en medio del bosque. Mis hijos han nacido en este parque", afirma Juan Antonio Chiquillo, cuya vivienda está justo enfrente de la plaza ajardinada Mestre Vicent Ballester Fandos, donde desde el pasado martes se acometen unas obras de vallado para la construcción de un nuevo templo. En un radio de 400 metros existen, por lo bajo, otras cuatro iglesias. La parcela afectada, de 625 metros cuadrados y grafiada como servicio público en el plan general de la ciudad, ocupa la parte del jardín donde estaba el parque infantil y es uno de los seis solares que el Ayuntamiento permutó con el arzobispado a cambio de la plaza de la Almoina en 2000.

Muchos vecinos se decidieron a comprar un piso debido a la existencia de este "pulmoncito en un barrio que cada vez sufre una mayor presión urbanística", asegura Chiquillo. En 1997, este colectivo rechazó la construcción de un centro cívico con el objetivo de preservar este espacio verde. El sacrificio -los habitantes de la zona sostienen que "el barrio carece de servicios públicos como escuelas, zonas deportivas o de atención a la tercera edad"- no sirvió de nada.

Ahora, el colectivo, organizado entorno a la Plataforma Vecinal Ciudad de la Ciencia, exige que se paralicen las obras y se elija una nueva ubicación para la iglesia. Para ello, los afectados entregarán mañana un manifiesto -que incluye las firmas de apoyo de diversos ciudadanos- al Ayuntamiento. Además, solicitarán una reunión a tres bandas: los afectados, la alcaldesa, Rita Barberá, y el arzobispado con el objetivo de resolver el problema por la vía del diálogo. En este sentido, el colectivo negó cualquier vinculación con los actos vandálicos como la rotura o las pintadas que tuvieron lugar en las vallas perimetrales de la parcela.

La edil de EU-l'Entesa, María Victoria González, y el concejal de PSPV Matías Alonso anunciaron ayer que presentarán una moción en el próximo pleno para apoyar a los afectados. "No se puede permutar suelo público para instalar dotaciones religiosas", dijo González. La edil señaló que el Ayuntamiento aún no tiene la preceptiva autorización "para el traslado de todo el arbolado y palmeras protegidas". Mientras, su homólogo socialista tildó de "insensible" y "prepotente" la actuación del consistorio.

Por su parte, el concejal delegado de Urbanismo, Jorge Bellver, declaró que la iglesia "solo" ocupará una parte del parque y subrayó que la operación ha permitido que la Almoina pase a ser de titularidad pública.

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