El corazón caliente de África

Hace dos años me ofrecieron trabajar en un pequeño país del sur de África del que muy poca gente había oído hablar. Durante mi estancia allí de año y medio, fui testigo de cómo la sequía, la desnutrición y el sida asolaban el país. En estas mismas fechas hace un año, este país recibía distribuciones alimentarias de las agencias de la ONU y de diferentes ONG's. Cuando después de visitar poblados atestados de niños desnutridos preguntaba a familiares y amigos qué se sabía de la situación que sufríamos allá, me quedaba horrorizada de que nada, absolutamente nada, se hablara en los medios. Una ham...

Hace dos años me ofrecieron trabajar en un pequeño país del sur de África del que muy poca gente había oído hablar. Durante mi estancia allí de año y medio, fui testigo de cómo la sequía, la desnutrición y el sida asolaban el país. En estas mismas fechas hace un año, este país recibía distribuciones alimentarias de las agencias de la ONU y de diferentes ONG's. Cuando después de visitar poblados atestados de niños desnutridos preguntaba a familiares y amigos qué se sabía de la situación que sufríamos allá, me quedaba horrorizada de que nada, absolutamente nada, se hablara en los medios. Una hambruna más de un país más, supongo...

Un año después este pequeño país nos es hoy más familiar y cercano que nunca y pocas personas habrá que no hayan oído algo sobre él en las últimas semanas. Se trata de Malawi. En la zona se le conoce como "El corazón caliente de África". No en vano sus habitantes se enorgullecen de pertenecer a un país pacífico y acogedor. Qué pena que la superestrella del pop no adoptase un niño malawita hace tan sólo un año, cuando el país sufría la mayor crisis alimentaria de los últimos 10 años. Quizás entonces la ayuda humanitaria hubiera permitido empezar antes las distribuciones y captar un mayor número de beneficiarios. Qué pena que la vida privada de una persona tenga más interés que la vida de millones de personas.