Dos años bajo la batuta de Brufau

Repsol YPF obtiene sus mejores resultados y vale más en Bolsa, pero ha perdido el 25% de sus reservas, sigue atrapada en Bolivia y la entrada de Sacyr en su capital no le blinda frente a una OPA

Dos años después de la llegada de Antonio Brufau a la presidencia de Repsol YPF, el 27 de octubre de 2004, la hispano-argentina cuenta con un 25% menos de reservas probadas de hidrocarburos apuntadas en sus libros, ha visto agravarse sus problemas en Bolivia (donde corre el riesgo de ser expropiada el sábado) y, pese a la reciente incorporación a su accionariado de la constructora Sacyr-Vallehermoso (se ha hecho esta semana con un 9,23% del capital por 2.855 millones de euros), sigue siendo por precio y tamaño muy vulnerable a una posible OPA.

Durante los últimos dos años, sin embargo, ...

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Dos años después de la llegada de Antonio Brufau a la presidencia de Repsol YPF, el 27 de octubre de 2004, la hispano-argentina cuenta con un 25% menos de reservas probadas de hidrocarburos apuntadas en sus libros, ha visto agravarse sus problemas en Bolivia (donde corre el riesgo de ser expropiada el sábado) y, pese a la reciente incorporación a su accionariado de la constructora Sacyr-Vallehermoso (se ha hecho esta semana con un 9,23% del capital por 2.855 millones de euros), sigue siendo por precio y tamaño muy vulnerable a una posible OPA.

Durante los últimos dos años, sin embargo, Repsol YPF también ha registrado los mejores resultados de su historia, ha incrementado los dividendos, ha renovado y reducido el peso de la cúpula directiva y ha agilizado y descentralizado la toma de decisiones. Ha sido calificada también como "la petrolera más transparente" entre las grandes compañías de su sector por los responsables del índice Dow Jones de sostenibilidad y se ha revalorizado casi un 50% en Bolsa en este periodo.

En los últimos dos años, Repsol YPF se ha hecho también más vulnerable ante una posible OPA tras la eliminación de la llamada "acción de oro", que permitía al Gobierno español vetar determinadas operaciones corporativas en la petrolera y, en menor medida, con la salida hace unos meses del BBVA de su capital social. La entrada de la constructora Sacyr-Vallehermoso en su capital, desvelada el lunes pasado, ha convertido en un tobogán la evolución bursátil semanal del grupo, pero en último término, y aunque se sume su participación a la de La Caixa, el núcleo accionarial de referencia no cuenta con fuerza suficiente como para blindar el grupo ante entradas hostiles.

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