Batalla en el sector de la energía

ACS ordena la compra de un 10% de Iberdrola para impulsar una fusión amistosa con Fenosa

La entrada de la constructora Acciona en la pelea por el control de Endesa ha precipitado los movimientos en el sector energético. El grupo ACS, principal accionista de Unión Fenosa (tercera eléctrica del país) con un 34,5% de las acciones, explora con Iberdrola la posibilidad de una fusión amistosa tras ordenar la compra de un 10% de las acciones de esta eléctrica a 37 euros por acción, según confirmaron fuentes al tanto de las conversaciones. El paso previo para que se cumpla el plan es que cambie la legislación vigente que impide a un mismo accionista ejercer derechos políticos en dos o más...

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La entrada de la constructora Acciona en la pelea por el control de Endesa ha precipitado los movimientos en el sector energético. El grupo ACS, principal accionista de Unión Fenosa (tercera eléctrica del país) con un 34,5% de las acciones, explora con Iberdrola la posibilidad de una fusión amistosa tras ordenar la compra de un 10% de las acciones de esta eléctrica a 37 euros por acción, según confirmaron fuentes al tanto de las conversaciones. El paso previo para que se cumpla el plan es que cambie la legislación vigente que impide a un mismo accionista ejercer derechos políticos en dos o más compañías energéticas por encima del 3% del capital.

La operación de compra de ACS, de la que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán informó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la noche del lunes y en una reunión ayer, asciende a 3.335 millones si se completa. Está financiada por el BBVA y la BBK. De cuajar una hipotética integración, la nueva empresa sería la primera eléctrica del país, por delante de Endesa con un 47% de cuota eléctrica y del 23% en gas. Sumaría más de 14 millones de clientes en España.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, refuerza su posición ante posibles operaciones hostiles
Iberdrola no ve con malos ojos la entrada de un accionista no hostil y con voluntad de permanencia
Si la operación acaba en integración, la nueva empresa será la primera eléctrica del país, con 14 millones de clientes
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El precio ofrecido por ACS fuera de mercado, 37 euros, supone una prima del 10,9% respecto al precio de los títulos de Iberdrola al cierre de la Bolsa. Aun así, anoche sólo pudo reunir entre un 3,5% y un 4% del capital de la eléctrica vasca. El grupo presidido por Florentino Pérez había invertido 3.300 millones en hacerse con el control de Fenosa (35%) en un proceso que comenzó en septiembre de 2005 con la adquisición del 22% que tenía el Banco Santander.

Autorización

La operación de integración, que tendrá que ser autorizada por la CNE, está en fase "preliminar".Oficialmente, Iberdrola rechazó valorar la operación de ACS. "Iberdrola sólo habla de hechos concretos", aseguró su portavoz, quien añadió que "no hay ningún acuerdo sobre una fusión ni conversaciones [con ACS] al respecto". La comisión ejecutiva de Iberdrola se reunió en la tarde de ayer para analizar la situación. Fuentes al tanto subrayaron que Iberdrola, no ve con malos ojos la entrada de un accionista que "no es hostil y sí por el contrario, estable".

Los defensores de la fusión destacan la complementariedad de ambas compañías. Iberdrola (17.000 empleados y 1.382 millones de beneficio neto en 2005) es líder en energías renovables y gestiona 3.400 megavatios sólo en energía eólica. Pero precisa gas para sus centrales de ciclo combinado. Fenosa (8.631 empleados y 815 millones de beneficio en 2005) es aliada de la italiana ENI en Unión Fenosa Gas y tiene en esta actividad, precisamente, uno de sus puntos fuertes. Uno de cada cuatro euros del resultado de explotación procede del negocio gasista.

De igual manera, la nueva empresa equilibraría mucho la capacidad de generación de electricidad al sumar la fortaleza de Iberdrola (potencia instalada total de 27.791 megavatios) en centrales hidroeléctricas y ciclos combinados a las centrales de carbón y al gas de Fenosa (10.196 megavatios de potencia instalada). Otra gran ventaja de la operación, señalan las fuentes consultadas, es que las redes de distribución eléctrica de ambas compañías son complementarias: además de Madrid y las dos Castillas, la nueva compañía sería fuerte en Galicia (donde domina Unión Fenosa) y en Levante (Iberdrola).

Presencia exterior

En el exterior del país, Fenosa e Iberdrola sumarían posiciones en Colombia, Brasil, Guatemala, Bolivia, Chile y México. En este país la suma de ambas convertiría a la nueva empresa en la primera generadora eléctrica privada. Fenosa cuenta, además, con proyectos eólicos en Portugal, país en el que Iberdrola mantiene una posición estratégica con su participación del 5% en EDP. Para Iberdrola , la operación abriría una ventana a los hidrocarburos, ya que Fenosa tiene un 5% de la petrolera Cepsa.

Los planes para una fusión amistosa de la segunda y la tercera eléctrica confirman que, tras el órdago lanzado por el grupo alemán E.ON sobre Endesa, todas las empresas se sentían amenazadas. Iberdrola (apoyado en sus principales accionistas BBVA, propietario del 5,4% del capital, y BBK, con el 7,5%) fiaba su futuro a la relativa altura alcanzada por el precio de sus acciones (con una revalorización del 44,39% en el año). Pero su presidente, Ignacio Sánchez Galán, tenía miedo a que E.ON fuera sólo el primer movimiento en un tablero donde el precio de la presa parece ser un dato poco relevante.

Iberdrola, que en agosto del pasado año alcanzó un acuerdo con Gas Natural (frenado en los tribunales) para adquirir parte de los activos de Endesa si triunfaba la OPA de la gasista, había visto esfumarse, además, una buena posibilidad de crecimiento con el frenazo a dicha OPA. Tocaba mover ficha. Como sucedía en Fenosa, una compañía apetitosa, vulnerable y agitada tras la entrada en septiembre del pasado año de la constructora ACS en su accionariado.

Con la entrada de ACS y una hipotética fusión en el horizonte, Sánchez Galán logra cobertura ante operaciones hostiles y asegura su permanencia en el sector, donde se ha ganado fama de enfant terrible. En las últimas semanas, cuando la agitación ya era patente, Sánchez Galán pidió cambios legislativos para facilitar la creación de grupos energéticos fuertes. La frase de que, en España, "uno más uno no suman dos" se llegó a convertir casi en una muletilla.

Ignacio Sánchez Galán (izquierda) y Florentino Pérez.

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