Un utilitario coreano para gastar lo mínimo
La evolución de las marcas coreanas está acercando su calidad a la de las europeas más populares, pero al mismo tiempo reduce las ventajas de precio que tenían hasta ahora. El Accent es un buen ejemplo, porque ofrece una línea moderna, un turbodiésel potente y un buen equipo de serie. Es más sencillo y no está tan bien insonorizado como los nuevos Clio, 207 y Corsa, pero cuesta entre 800 y 2.000 euros menos y puede dar un servicio similar.
El Accent salió en 1975 y ha sido la punta de lanza de Hyundai para entrar en los mercados occidentales. Ahora, 30 años después, llega la sexta gener...
La evolución de las marcas coreanas está acercando su calidad a la de las europeas más populares, pero al mismo tiempo reduce las ventajas de precio que tenían hasta ahora. El Accent es un buen ejemplo, porque ofrece una línea moderna, un turbodiésel potente y un buen equipo de serie. Es más sencillo y no está tan bien insonorizado como los nuevos Clio, 207 y Corsa, pero cuesta entre 800 y 2.000 euros menos y puede dar un servicio similar.
Estilo deportivo
El Accent salió en 1975 y ha sido la punta de lanza de Hyundai para entrar en los mercados occidentales. Ahora, 30 años después, llega la sexta generación, un coche nuevo que recoge las últimas tendencias de los utilitarios europeos. El modelo coreano se había situado siempre entre los utilitarios y los familiares compactos (Astra, León y otros), pero como el nuevo sólo ha crecido dos centímetros en longitud -mide 4,04 metros- y los últimos utilitarios europeos superan ya los cuatro metros, ahora compite con ellos en un escalón por encima de su hermano menor, el Getz (3,83 metros).
El nuevo Accent refleja el esfuerzo de Hyundai por consolidar la personalidad de sus coches y tiene un estilo propio que lo distingue de sus rivales. El frontal, de trazos suaves y fluidos, integra muy bien el parachoques con la parrilla y los faros, y presenta un aire deportivo. El lateral es muy limpio y define un pliegue muy original encima de las aletas traseras. La zaga, con el portón muy inclinado hacia delante y un alerón en el techo, termina de definir la deportividad de la carrocería tres puertas, dirigida al público joven y mucho más dinámica que la de cuatro puertas, con vocación más familiar. Además tiene una buena aerodinámica (CX: 0,33).
Sencillo y práctico por dentro
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El interior presenta también un diseño muy actual y soluciones prácticas interesantes. Los asientos delanteros son correctos, atrás ofrece un espacio similar al de los utilitarios más modernos y tiene un maletero equiparable (271 litros). Sin embargo, aporta detalles muy prácticos, como la bandeja situada debajo del volante, y una oferta de huecos muy variada, con bandejas en las puertas, dos posavasos junto al freno de mano y otros dos en el apoyabrazos trasero, una repisa en la consola central, un cofre en el apoyabrazos delantero, bolsas en los respaldos y portagafas en el techo.
Los materiales y la calidad de acabado son sencillos, pero no desmerecen. Hay elementos muy cuidados, como el volante y el pomo del cambio en cuero (acabado Full), el salpicadero en plástico mullido o la instrumentación. Y otros mejorables, como los paneles de las puertas o los asientos delanteros, que no conservan la posición cuando se desplazan hacia delante para acceder a las plazas de atrás. Pero el conjunto está suficientemente insonorizado, ofrece unas prestaciones satisfactorias con un consumo muy bajo y puede cumplir bien como coche único, porque se desenvuelve con igual desahogo y soltura en ciudad y en carretera.
Tres motores y dos acabados
El Accent se vende en versiones de 3 y 4 puertas (200 euros más) con tres motores: 1.4 (97 CV) y 1.6 (112 CV) en gasolina, y un 1.5 VGT turbodiésel (110 CV), el más interesante. Hay dos acabados, GLS y Full. El primero incluye seis airbags, ABS, radio-CD y todo lo habitual. El superior añade climatizador, ordenador de viaje, llantas de aleación de 16 pulgadas, alarma y otros detalles. Los precios son ajustados y, aunque no supone una ventaja definitiva, incluyen tres años de garantía.
Conclusión
El nuevo Accent es una buena alternativa a los utilitarios europeos si se busca el mínimo desembolso. Ofrece una línea moderna, un interior amplio y una calidad correcta. Cuenta con un turbodiésel potente que gasta muy poco y es un poco más barato con un equipo de serie equivalente.
HUECOS PARA TODO
El diseño del Accent es simple y busca la economía en la fabricación, pero aplica materiales de calidad correcta y tiene un aspecto moderno, con plásticos mullidos en el salpicadero, y detalles atractivos, como el volante y el pomo del cambio. En cambio, presenta soluciones superadas, como el equipo de música, que no va integrado, o la consola de la climatización, de aspecto demasiado pobre. El modelo de Hyundai ofrece una buena dotación de huecos para objetos y aprovecha todos los rincones para habilitar espacios útiles. Destaca la bandeja situada debajo del volante, que recorre la base del salpicadero, y cuenta también con dos posavasos y una repisa junto al freno de mano. Las plazas traseras ofrecen espacio suficiente para alojar a dos adultos sin agobios y en el acabado Full incluyen un apoyabrazos central con dos posavasos. En cambio, los asientos delanteros no mantienen la posición cuando se abaten para poder acceder atrás. El maletero ofrece una capacidad correcta y tiene unas formas aprovechables. La zaga es original y recuerda al Lancia Ypsilon, con una luneta pequeña, un alerón en el techo y un pliegue encima de las aletas traseras que recoge los pilotos y refuerza la personalidad del conjunto.
ALGO MÁS ASEQUIBLE
El Hyundai Accent 1.54 CRDi turbodiésel ya no es un utilitario especialmente barato, pero tiene unos precios más ajustados que los modelos europeos más modernos de su tamaño, con la excepción del Punto. Cuesta 1.150 euros más que un Kia Rio con el mismo motor, pero éste sólo se vende en versión cinco puertas y no incluye el radio-CD (364 euros). El Fiat Punto es 500 euros más económico, pero tiene un motor menos potente y prestaciones inferiores.Los demás son más caros, empezando por el Renault Clio III, que cuesta casi 900 euros más con un equipamiento de serie similar. Y la diferencia con el Peugeot 207 equivalente supera los 2.100 euros. Sin embargo, el modelo francés incluye de serie conexión automática de faros y limpiaparabrisas, y ofrece también unas prestaciones claramente superiores, tanto en velocidad como en aceleración.