Más carnés por puntos
Está muy bien que los conductores poco o nada responsables de lo que llevan entre manos -un volante y la posibilidad de jugar con sus propias vidas y las de otros- paguen sus imprudencias. Ya iremos viendo los resultados y esperemos que sean altamente positivos, reduciendo notablemente el número de accidentes de tráfico con sus respectivos heridos y muertos.
Pero esta idea no estaría nada mal extenderla a todos aquellos que a través de su poder influyen en la vida de los ciudadanos a los que en muchas ocasiones mienten, engañan, roban, maladministran, desinforman, desorientan, crispan, ...
Está muy bien que los conductores poco o nada responsables de lo que llevan entre manos -un volante y la posibilidad de jugar con sus propias vidas y las de otros- paguen sus imprudencias. Ya iremos viendo los resultados y esperemos que sean altamente positivos, reduciendo notablemente el número de accidentes de tráfico con sus respectivos heridos y muertos.
Pero esta idea no estaría nada mal extenderla a todos aquellos que a través de su poder influyen en la vida de los ciudadanos a los que en muchas ocasiones mienten, engañan, roban, maladministran, desinforman, desorientan, crispan, confunden para conseguir sus fines particulares, de partido, de periódico o de religión.
Para eso están las leyes, dirán algunos; pero también lo están para los conductores y, sin embargo, ahora tienen un descuento inmediato por su mal hacer conduciendo. ¿Por qué no ampliar ese criterio para aquellos que conducen masas con su opinión?
Desde que tengo uso de razón no he parado de oír barbaridades a profesores, políticos, periodistas, presentadores de televisión, locutores de radio, que, por supuesto, no siempre acaban recibiendo el correspondiente castigo por sus hechos malintencionados y que no se corresponden con la realidad. En nombre de la ética, necesitamos todos que el aire sea más limpio y que podamos respirar mejor, con ideas distintas, sí, pero sin juego sucio. ¡Más carnés, por favor.