ATLETISMO | La amenaza del dopaje

Tras la senda del ciclismo

Horas después de asombrar al mundo con su récord mundial de los 100 metros (9,79s), el canadiense Ben Johnson recibió una llamada. Le retiraban la medalla de los Juegos de Seúl 88 por dopaje. El deporte acababa de perder definitivamente su inocencia. El positivo del estadounidense Justin Gatlin es la última mala noticia para el atletismo, que corre el riesgo de seguir la senda del ciclismo. La lista de tramposos es demasiado larga. Apenas queda lugar para la ingenuidad. Tres de los últimos cinco ganadores olímpicos en 100 metros han dado positivo: Johnson (Seúl 88), Gatlin (Atenas 2006) y el b...

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Horas después de asombrar al mundo con su récord mundial de los 100 metros (9,79s), el canadiense Ben Johnson recibió una llamada. Le retiraban la medalla de los Juegos de Seúl 88 por dopaje. El deporte acababa de perder definitivamente su inocencia. El positivo del estadounidense Justin Gatlin es la última mala noticia para el atletismo, que corre el riesgo de seguir la senda del ciclismo. La lista de tramposos es demasiado larga. Apenas queda lugar para la ingenuidad. Tres de los últimos cinco ganadores olímpicos en 100 metros han dado positivo: Johnson (Seúl 88), Gatlin (Atenas 2006) y el británico Linford Christie (Barcelona 92). El griego Konstantinos Kenteris, campeón olímpico de 200 metros en Sydney 2000, también ha sido sancionado. Los prodigiosos récords de las atletas chinas en los Mundiales de Stuttgart 93 permanecen inaccesibles. Y nadie los atribuye a las peculiares dietas de Ma Junren, su entrenador. Las marcas de las atletas del antiguo bloque del Este son tan increíbles que ya se ha propuesto la revisión de algunos récords. Nadie se acerca, ni de lejos, a los 47,60s de Marita Koch (antigua RDA) en 1985, ni al récord de la Jarmila Kratochvilova (antigua Checoslovaquia) en 800 metros: 1m53,28s, en 1983. Por no hablar de las marcas siderales que logró la estadounidense Florence Griffith en 1988: 10,49s (100 metros), 21,34s (200). Fue su última temporada. Iba demasiado rápida.

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