EE UU rechaza un alto el fuego en Líbano sin derrotar antes a Hezbolá

Estados Unidos rechazó ayer sumarse a las peticiones de un alto el fuego que detenga los ataques israelíes en Líbano. En su primer mensaje estratégico desde que se inició la campaña contra Hezbolá, hace 10 días, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, rechazó llamar a un cese de hostilidades que no comporte un cambio del statu quo en la zona. "Un alto el fuego que suponga sólo la vuelta al statu quo sería una falsa promesa". Washington intenta alcanzar una solución en el marco de una "paz duradera", destacó Rice. Mañana iniciará una gira diplomática en Oriente Próximo, con pa...

Estados Unidos rechazó ayer sumarse a las peticiones de un alto el fuego que detenga los ataques israelíes en Líbano. En su primer mensaje estratégico desde que se inició la campaña contra Hezbolá, hace 10 días, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, rechazó llamar a un cese de hostilidades que no comporte un cambio del statu quo en la zona. "Un alto el fuego que suponga sólo la vuelta al statu quo sería una falsa promesa". Washington intenta alcanzar una solución en el marco de una "paz duradera", destacó Rice. Mañana iniciará una gira diplomática en Oriente Próximo, con parada y cumbre en Roma.

"Estados Unidos está intentando poner fin a la violencia y lo está intentando con toda urgencia", afirmó la secretaria de Estado en una conferencia de prensa. "Queremos abordar las causas de la violencia", advirtió Rice, "y un alto el fuego sin condiciones políticas no tiene sentido".

La secretaria de Estado expresó así su deseo de aprovechar la crisis para crear un nuevo marco de relaciones en Oriente Próximo sin la amenaza permanente de Hezbolá sobre Israel. Una fuente de la Casa Blanca citada por The Washington Post aseguró: "Si hay una oportunidad para triturar a Hezbolá, aprovechémosla".

La intervención de Rice fija el trazo por primera vez de la voluntad de Washington en un conflicto que parece a las puertas de una nueva escalada. Israel ha movilizado a miles de reservistas en la frontera de Líbano para respaldar la ofensiva terrestre. Mientras miles de musulmanes se manifestaban en múltiples capitales islámicas en solidaridad con Líbano y los palestinos, el Gobierno de Beirut dejaba clara su impotencia ante los bombardeos contra Hezbolá, que desató el conflicto al secuestrar a dos soldados israelíes. El ministro de Defensa, Elías Murr, aseguró retóricamente que el Ejército se opondrá a la invasión. Chipre denunció la soledad en la que se encuentra frente a la llegada de miles de evacuados.