Una veintena de países africanos aceptan readmitir a sus emigrantes

Varios países africanos adquirieron ayer el compromiso de combatir la migración ilegal mediante "la readmisión de inmigrantes en situación irregular", entre otras medidas, pese a que estos acuerdos suscitan el rechazo de sus opiniones públicas, según reconoció el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esa promesa figura en la declaración final de la primera conferencia euro-africana sobre emigración que, por iniciativa de España, Francia y Marruecos, se celebra en Rabat.

La idea de celebrar una reunión así fue lanzada por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su ...

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Varios países africanos adquirieron ayer el compromiso de combatir la migración ilegal mediante "la readmisión de inmigrantes en situación irregular", entre otras medidas, pese a que estos acuerdos suscitan el rechazo de sus opiniones públicas, según reconoció el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esa promesa figura en la declaración final de la primera conferencia euro-africana sobre emigración que, por iniciativa de España, Francia y Marruecos, se celebra en Rabat.

La idea de celebrar una reunión así fue lanzada por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, en el fragor de los intentos masivos de saltos a las vallas de Ceuta y Melilla, en octubre pasado. Francia se sumó enseguida a la iniciativa y al final asisten a la conferencia representantes de todos los Estados de la Unión Europea y dos docenas de países invitados de África Occidental.

Europa no puede soportar una inmigración "masiva y desordenada", afirmó Rubalcaba. Su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, abundó: "La inmigración debe de ser una política organizada, regulada y controlada en el marco de una concertación entre Estados".

Petición de inversiones

Los representantes africanos hicieron, en cambio, más hincapié, como el senegalés Cheick Tidiare Gadio, en que las recientes olas migratorias hacen aún más necesario el lanzamiento de "amplios programas de desarrollo económico susceptibles de fijar a la población" en sus países de origen. La idea quedó recogida en los documentos finales.

Taieb Fassi-Fihri, el hombre que de verdad lleva las riendas de la política exterior de Marruecos, echó un jarro de agua fría sobre el compromiso de suscribir acuerdos de readmisión de inmigrantes sin papeles. Supeditó la firma del que Rabat lleva dos años negociando con la UE a que ésta haga otro tanto con los demás países africanos, "porque no se puede hacer recaer todo el peso [de la migración irregular] sobre el último eslabón".

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Las diferencias de sensibilidad entre Europa y África, salpicada de regímenes autoritarios, quedaron también patentes cuando las delegaciones redactaron el párrafo de la declaración final en el que los europeos querían recalcar el derecho de asilo y de refugio de aquellos que emigran por motivos políticos. Los africanos lo diluyeron hasta evocar una mera "protección internacional".

Además de la declaración final, la conferencia aprobará hoy un Plan de Acción apalabrado en junio en Dakar. Enuncia medidas para luchar contra la inmigración clandestina pero no estipula partidas presupuestarias ni calendario de aplicación. Para darle mayor credibilidad, Moratinos anunció que, además de los 10,5 millones de subvención concedidos a Marruecos el viernes, España ofrece 20 millones para infraestructuras en África Occidental y 10 para microcréditos.

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