Cartas al director

Odisea en Madrid

El pasado jueves, día 6 de julio de 2006, regresábamos a Cataluña de un viaje a Extremadura. Las faraónicas obras que se están realizando en Madrid nos llevaron a una dirección que no queríamos ir. No sé si fue culpa nuestra o culpa de no encontrar ni un solo indicador que nos dirigiera a Zaragoza. El caso es que nos encontramos totalmente perdidos en el laberinto de Madrid. Y aquí viene el motivo de esta carta.

Pregunté por dónde podía salir a un matrimonio que venía de llevar a su hija al pediatra. Después de una buena deliberación entre el hombre y la mujer, decidieron coger su coche...

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El pasado jueves, día 6 de julio de 2006, regresábamos a Cataluña de un viaje a Extremadura. Las faraónicas obras que se están realizando en Madrid nos llevaron a una dirección que no queríamos ir. No sé si fue culpa nuestra o culpa de no encontrar ni un solo indicador que nos dirigiera a Zaragoza. El caso es que nos encontramos totalmente perdidos en el laberinto de Madrid. Y aquí viene el motivo de esta carta.

Pregunté por dónde podía salir a un matrimonio que venía de llevar a su hija al pediatra. Después de una buena deliberación entre el hombre y la mujer, decidieron coger su coche, hacernos de guía y sacarnos de Madrid. Gracias, muchas gracias. Eternamente agradecidos mi mujer y yo.

Sentimos que las circunstancias del hecho hicieran que no pudiéramos intercambiar ni tan siquiera un teléfono. Si tenemos la suerte de que lean esta carta, que sepan que nos gustaría expresarles nuestro agradecimiento personalmente.

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