Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL

Expectativas del BCE

El Banco Central Europeo (BCE) parece decidido a acelerar el proceso de normalización de tipos, en un contexto de actividad y confianza más positivas en la eurozona. Las subidas se justifican principalmente por la necesidad de ir retirando el elevado grado de laxitud monetaria, y no tanto por riesgos inminentes y significativos en inflación.

En la actualidad, la inflación europea supera en medio punto el límite del 2%, y la evolución de los precios del petróleo arroja incertidumbre sobre la convergencia de forma permanente con el objetivo del BCE. No obstante, la percepción es que las e...

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El Banco Central Europeo (BCE) parece decidido a acelerar el proceso de normalización de tipos, en un contexto de actividad y confianza más positivas en la eurozona. Las subidas se justifican principalmente por la necesidad de ir retirando el elevado grado de laxitud monetaria, y no tanto por riesgos inminentes y significativos en inflación.

En la actualidad, la inflación europea supera en medio punto el límite del 2%, y la evolución de los precios del petróleo arroja incertidumbre sobre la convergencia de forma permanente con el objetivo del BCE. No obstante, la percepción es que las expectativas de inflación están bien ancladas y las desviaciones al alza de la inflación se atribuyen básicamente a la energía. Así se desprende de la evolución de la inflación sin energía y alimentos frescos (core), la medida más popular de inflación subyacente. La core se mantiene significativamente por debajo del 2%, indicando que no hay señales preocupantes de transmisión de precios energéticos a precios finales.

El Banco Central Europeo se muestra totalmente decidido a extremar la vigilancia sobre cualquier repunte de la inflación

Ahora bien, que no haya habido transmisión, hasta el momento, no garantiza que no la vaya a haber en un futuro. Como ha indicado el BCE, esta medida de inflación subyacente no necesariamente adelanta a la inflación general, particularmente en momentos de subidas acumuladas de precios del petróleo. En la mente de todos está el ejemplo del año 2000, en el que fue claramente por detrás de la general. Para captar los elementos más permanentes o menos idiosincrásicos de la inflación convendría considerar además otras medidas "subyacentes" (medias truncadas, índices ajustados de variabilidad), algunas de las cuales empiezan a dar señales de cierta aceleración.

Adicionalmente, la autoridad monetaria debe vigilar todo el proceso de formación de precios a lo largo de la cadena de producción (coste de materias primas, precios de importación, precios de producción, salarios...). Y, por supuesto, las expectativas, el elemento clave en los modelos de inflación. El incremento de las expectativas de precios que se desprende de las encuestas supone un factor más a considerar. Las expectativas dependen de forma importante de la credibilidad del Banco Central, razón de más para que un banco como el BCE lo vigile muy estrechamente. Aunque el anclaje de las expectativas en la zona euro no parece estar, de momento, en entredicho.

Elena Nieto es economista del Servicio de Estudios de BBVA

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