El negocio de 'renacer'

Es un fenómeno sin precedentes. En los últimos 25 años ser cristiano renacido significa alimentar una industria mediática que sólo en el mundo editorial genera más de 3.000 millones de dólares anuales (2.350 millones de euros). Hay más de 2.000 radios cristianas, donde todos los géneros musicales tienen espacio. Tanto EMI como Sony han adquirido sellos independientes cristianos para alimentar el hambre de música de Dios, que vende más que el jazz y la clásica juntas.

Además, está el fenómeno de las iglesias gigantes diseñadas para acoger entre 2.000 y 20.000 personas y que...

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Es un fenómeno sin precedentes. En los últimos 25 años ser cristiano renacido significa alimentar una industria mediática que sólo en el mundo editorial genera más de 3.000 millones de dólares anuales (2.350 millones de euros). Hay más de 2.000 radios cristianas, donde todos los géneros musicales tienen espacio. Tanto EMI como Sony han adquirido sellos independientes cristianos para alimentar el hambre de música de Dios, que vende más que el jazz y la clásica juntas.

Además, está el fenómeno de las iglesias gigantes diseñadas para acoger entre 2.000 y 20.000 personas y que funcionan casi como empresas, alrededor de las que se crean empleos, surgen tiendas de ropa, de música, páginas web, etcétera. El cine no está al margen del negocio. Después de que La Pasión de Mel Gibson descubriera el potencial económico de los bolsillos de los cristianos, los grandes estudios aprobaron el rodaje de películas como El exorcismo, de Emily Rose, y Las crónicas de Narnia, que recaudó 291 millones de dólares en 2005.

La fiebre por el mensaje cristiano ha incluso disparado la creación de talleres para guionistas, y personajes como Barbara Nicolosi han creado organizaciones como Act One Inc desde, donde se imparten cursos para llevar el mensaje de Dios hasta el espectador a través del cine y la televisión.