Editorial:

Seísmo en el Tour

El Tour de 2006 va a ser difícil de olvidar. Un formidable terremoto se ha desencadenado a 24 horas del comienzo de la Grande Boucle francesa, y hay quien, como el técnico español Eusebio Unzúe, opina que no sólo es la carrera, sino el ciclismo, la que está herida de muerte. La organización anunció ayer que los corredores que figuran en la lista de la Operación Puerto contra el dopaje, efectuada por la Guardia Civil el día 23, no podrán tomar la salida, aunque por protocolo se deja a los equipos que actúen en consecuencia.

En la lista están el vencedor del pasado Giro, el italian...

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El Tour de 2006 va a ser difícil de olvidar. Un formidable terremoto se ha desencadenado a 24 horas del comienzo de la Grande Boucle francesa, y hay quien, como el técnico español Eusebio Unzúe, opina que no sólo es la carrera, sino el ciclismo, la que está herida de muerte. La organización anunció ayer que los corredores que figuran en la lista de la Operación Puerto contra el dopaje, efectuada por la Guardia Civil el día 23, no podrán tomar la salida, aunque por protocolo se deja a los equipos que actúen en consecuencia.

En la lista están el vencedor del pasado Giro, el italiano Ivan Basso; el alemán Jan Ullrich, ganador en 1997 y gran aspirante a la victoria en París, y los españoles Joseba Beloki, Óscar Sevilla, Francisco Mancebo, Isidro Nozal y Roberto Heras -actualmente suspendido por dopaje-, entre una treintena de corredores de la misma nacionalidad que constituyen la gran mayoría de los ahora puestos en la picota.

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La Unión Ciclista Internacional matizaba que el hecho de que al menos nueve corredores, como contabiliza, no corran la prueba francesa, no necesariamente significa que hayan violado la ley antidopaje. Pero los hechos relatados en el informe español, añadía, "son lo bastante graves como para instar a los equipos a aplicar el código de conducta". Éste pide a los equipos que retiren preventivamente a los implicados en un procedimiento judicial vinculado al dopaje. Y así lo ha hecho el T-Mobile con Ullrich y Sevilla, junto a los que ha suspendido al director del equipo, Rudy Pevenage.

El ciclismo ha cambiado mucho. Se ha moderado subiendo y acelerado bajando. El material ha cambiado tanto como un reactor si se compara a un avión de hélice. Y en ese mayor equilibrio entre escaladores, sprinters y routiers ha jugado un gran papel el estimulante. Un deporte físicamente criminal para quien lo practica se ha pasado, nos tememos que muy mayoritariamente, a la farmacia. Pero no puede haber dureza ni extenuación que justifique el engaño al público, la trampa al compañero que no se dopa, ni la destrucción del cuerpo con sustancias que hoy potencian y mañana erosionan. Si el ciclismo aspira a recuperarse de este golpe autoinfligido, sólo será depurándose sin piedad. Si hay que hacer carreras menos duras, háganse; si hay que acortarlas, abréviense; si hay que quitar sublimación a la gesta, réstese. Nada legitima la manipulación que realce el pánem et circenses en que se ha convertido el ciclismo. Y todo para que hoy comience un Tour limpio de vicios, fraudes y bajezas. Para que volvamos a ver un deporte; de verdadera élite.

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