Cartas al director

Encuentro

El jueves 22, leo en el diario, con especial interés, el artículo de Juan Cruz que resume la celebración del décimo aniversario de la revista Encuentro de la Cultura Cubana en la Casa de América, y le agradecería me permitiera precisar que el primer encuentro que reunió en Madrid a escritores de la isla y el exilio fue anterior a la aparición de la revista, precisamente en la misma Casa de América y también en la Universidad Complutense, en noviembre de 1994, y celebró los 50 años de la revista Orígenes homenajeando, asimismo, al gran poeta cubano Gastón Baquero. Dicho encuentro,...

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El jueves 22, leo en el diario, con especial interés, el artículo de Juan Cruz que resume la celebración del décimo aniversario de la revista Encuentro de la Cultura Cubana en la Casa de América, y le agradecería me permitiera precisar que el primer encuentro que reunió en Madrid a escritores de la isla y el exilio fue anterior a la aparición de la revista, precisamente en la misma Casa de América y también en la Universidad Complutense, en noviembre de 1994, y celebró los 50 años de la revista Orígenes homenajeando, asimismo, al gran poeta cubano Gastón Baquero. Dicho encuentro, organizado por la SECIPI (Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica), abarcó el seminario La isla entera, varios coloquios y una muestra de documentales culturales cubanos.

Conseguir el permiso de salida de los escritores de la isla fue una odisea que algún día habrá que contar. En aquella intensa semana se produjeron los primeros reales encuentros en nuestro país entre creadores de la isla y del exilio, que en algunos casos llevaban veinte años sin verse, y, como coordinador del evento desde la Embajada de España en La Habana y persona que estuvo a cargo de la delegación cubana, tuve el privilegio de participar de la fraterna emoción que unió por unos días a amigos separados por el radicalismo ideológico. Dos años después, en febrero de 1996, y coincidiendo con el fin de mi misión en Cuba, tuvo lugar un segundo encuentro, ahora centrado en la narrativa cubana; pero en esa ocasión no se permitió la salida de los escritores de dentro. En mi equipaje de mano traía el valiente texto del poeta y narrador Rolando Sánchez Mejías, que fue leído testimonialmente en esa incompleta convocatoria. Pero la semilla estaba echada y Encuentro de la Cultura Cubana se convirtió en uno de sus más hermosos frutos.

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