Una nueva ola de violencia causa 32 muertos en atentados en Bagdad

Una cadena de ataques destruye seis mezquitas chiíes en zonas rurales

Treinta y dos personas murieron ayer en Bagdad en varios atentados. El peor ocurrió junto al aeropuerto de la capital iraquí, donde la explosión de dos bombas mató a 14 personas. A una semana de que venza el plazo para que el primer ministro designado, Nuri al Maliki, presente una coalición de gobierno que frene la escalada hacia la guerra civil, la violencia sectaria continúa. Seis mezquitas chiíes fueron destrozadas en una zona rural.

El ataque más grave de ayer se produjo a la entrada del aeropuerto civil de Bagdad, cuando dos suicidas en sendos coches hicieron detonar sus bombas en ...

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Treinta y dos personas murieron ayer en Bagdad en varios atentados. El peor ocurrió junto al aeropuerto de la capital iraquí, donde la explosión de dos bombas mató a 14 personas. A una semana de que venza el plazo para que el primer ministro designado, Nuri al Maliki, presente una coalición de gobierno que frene la escalada hacia la guerra civil, la violencia sectaria continúa. Seis mezquitas chiíes fueron destrozadas en una zona rural.

El ataque más grave de ayer se produjo a la entrada del aeropuerto civil de Bagdad, cuando dos suicidas en sendos coches hicieron detonar sus bombas en un aparcamiento lleno de gente. Aunque en la zona también se hallan algunos palacios de Sadam Husein, utilizados como bases militares, algunos por EE UU, los militares norteamericanos aseguraron que el ataque no iba dirigido contra ellos.

La jornada fue especialmente sangrienta en la capital. Tres bombas colocadas al borde de distintas carreteras, cuyo objetivo eran patrullas de la policía iraquí, causaron 12 muertos, tres de ellos policías, y 15 heridos. La explosión de una bomba en un mercado en Zafaraniya, al sureste de Bagdad, mató a tres personas e hirió a 15. Otra bomba cerca de la Universidad de Al Mustansiriya, al noreste, provocó un muertto y 11 heridos, Por la tarde, dos soldados de EE UU murieron al explotar un artefacto al este de la ciudad, según un comunicado del Ejército.

También se produjeron ataques en otros puntos del país. Tres guardaespaldas del ministro de Exteriores, Hoshiyar Zebari, murieron al explotar una bomba al paso de su convoy en Udaim, a 80 kilómetros del norte de la capital. El ministro no se encontraba en la caravana. Dos soldados británicos fallecieron y otro resultó herido grave en otro ataque en Basora, al sur del país, a última hora del sábado.

Mientras, la violencia sectaria continúa en Irak, frente a los intentos del primer ministro designado para formar un Gobierno de coalición. La tarea se complica por los desacuerdos en nombramientos claves, como los responsables de Interior, Defensa y Petróleo. El chií Al Maliki ha repetido su confianza en que podrá crear un Ejecutivo con chiíes, suníes y kurdos, pero el plazo constitucional de 30 días se acerca sin acuerdo.

Escuadrones de la muerte

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Al Maliki ha dicho que nombrará a un independiente al frente de Interior, ahora en manos de los chiíes, y al que los líderes suníes acusan de controlar los escuadrones de la muerte. Mientras, sigue repitiéndose casi a diario el hallazgo de cadáveres torturados y asesinados a tiros. Ayer, la policía encontró los cuerpos de cinco personas cerca de la ciudad santa de Kerbala. En esta ciudad aparecieron también los cadáveres decapitados de cuatro hermanos, que trabajaban para una organización de ayuda humanitaria.

En la noche del sábado, varias explosiones destruyeron seis pequeñas mezquitas en una zona rural al norte de Bagdad, sin causar heridos. Las autoridades de EE UU e Irak habían advertido de que el líder de Al Qaeda en el país, Abu Musab al Zarqaui, está promoviendo una campaña de ataques contra la mayoría chií, para provocar actos de represalia contra la minoría suní y encender la chispa de la guerra civil. La ola de violencia sectaria alcanzó su cenit el pasado febrero, cuando una bomba destruyó la mezquita dorada de Samarra, una de las más importantes para los chiíes.

Cinco de las mezquitas destrozadas el sábado estaban en Wajihiya, un pueblo donde conviven chiíes y suníes a 30 kilómetros al este de Baquba. Dos explosiones redujeron a ruinas un edificio pegado a la mezquita dedicada a Abdulá bin Al al Hadi, un importante clérigo chií. La sexta mezquita se encontraba en un camino en las afueras del pueblo.

Iraquíes observan la escena de un atentado con bomba ayer en Bagdad.AP

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