Crítica:LIBROS

¿Por cuál de las energías apostamos?

La sacudida originada por la subida del precio del crudo, al socaire de la inestabilidad política de los países productores, ha dirigido las miradas hacia otras fuentes energéticas y, en particular, sobre aquellas que suponen una alternativa a las de origen fósil. En una economía global apoyada sobre el oro negro, cualquier alteración del precio o la inseguridad del abastecimiento pone los pelos de punta. Cuando el polifacético ex ministro, Manuel Pimentel, encargó al profesor Valeriano Ruiz un libro sobre las opciones de futuro, no se había desatado aún la inquietud que embarga hoy a gobierno...

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La sacudida originada por la subida del precio del crudo, al socaire de la inestabilidad política de los países productores, ha dirigido las miradas hacia otras fuentes energéticas y, en particular, sobre aquellas que suponen una alternativa a las de origen fósil. En una economía global apoyada sobre el oro negro, cualquier alteración del precio o la inseguridad del abastecimiento pone los pelos de punta. Cuando el polifacético ex ministro, Manuel Pimentel, encargó al profesor Valeriano Ruiz un libro sobre las opciones de futuro, no se había desatado aún la inquietud que embarga hoy a gobiernos y grandes consumidores.Después de la crisis de los setenta, la primera guerra del Golfo lanzó el siguiente aviso. Fue entonces cuando se agitó el debate sobre fuentes alternativas y comenzó a ponerse en valor su operatividad como reductoras de las emisiones de efecto invernadero.

El reto energético

Valeriano Ruiz

Editorial Almazuara

ISBN 84-88586-34-5

Estos acontecimientos no han sorprendido a Valeriano Ruiz. Desde su cátedra de Termodinámica de la Escuela de Ingenieros Industriales de Sevilla ha formado a decenas de alumnos en el conocimiento de esas otras energías y ha creado escuela de especialistas en energía eólica, biomasa y, sobre todo, el aprovechamiento de la energía que irradia el sol tan generosamente sobre Andalucía mediante ingenios de captación de media y alta temperatura.

Se ha convertido en un referente y en un maestro. Por eso le llaman de los foros en los que se debate el futuro energético, incluida la energía nuclear. Pero además de su amabilidad personal, Valeriano Ruiz es de las pocas voces que sostienen intelectualmente el valor de las energías renovables en un país que, sin querer, se ha convertido en líder mundial tecnológico del sector.

Al discurso de Valeriano Ruiz le sobra fundamento. Se echa de menos que no sea una figura que trascienda el círculo de especialistas, entre otros motivos porque conoce igual de bien la tecnología de las energías convencionales como las demás. Ese conocimiento le otorga autoridad en el momento crítico actual en el que la elección del modelo energético desciende de las élites eléctricas al debate democrático. Y para esta deliberación, El reto energético es un documento de obligada lectura. Se lee facilísimo y se nota la experiencia docente. En lenguaje inteligible, Ruiz analiza los sistemas energéticos, describe el estado del arte de todos ellos, desbroza sus aspectos socioeconómicos, su valor, su precio, sus impactos ambientales y esboza las posibilidades que el futuro aguarda a este recurso tan imprescindible para nuestra calidad de vida.

A lo largo de este manual se aprecian las dos grandes aportaciones del profesor al debate energético. Una es fruto de su análisis ponderado de la realidad. Entre el oligopolio del petróleo y el futuro energético diversificado, Ruiz sostiene que debe transitar un periodo que suavice el cambio de modelo en función de la madurez tecnológica de cada fuente energética. Su otro postulado es la apuesta por la hibridación, que no es otra cosa que el aprovechamiento y rendimiento óptimo de las instalaciones integradas de generación.

Por ejemplo, que una planta solar de alta temperatura pueda funcionar las 24 horas del día mediante la combustión de gas en porcentajes entre el 12% o el 15%.

Que en una instalación de combustión de biomasa se use también carbón. Algo parecido a las instalaciones tan de moda, como las centrales de ciclo combinado que agrupan dos calderas, una propiamente de combustión de gas y otra que aprovecha el calor residual para calentar agua y generar vapor con lo que se logra producir más electricidad y aumentar el rendimiento. De eso se trata.

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