Perfil | Román Sanahuja

Un hombre discreto

Román Sanahuja estaba más callado que de costumbre en el Consejo de Administración de Metrovacesa del 3 de marzo cuando se trató la OPA no pactada que el empresario catalán ha lanzado para alcanzar el 44% de la primera inmobiliaria española. Siempre reservado en estas reuniones, Román Sanahuja Pons (1939), presidente de la promotora familiar Sacresa, suele ceder protagonismo y palabra a sus hijos Román y Javier, también consejeros de Metrovacesa, pero aquella tarde los socios en la empresa cotizada lo encontraron más incómodo que nunca.

Seguramente le preocupaba cómo sería recibida la O...

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Román Sanahuja estaba más callado que de costumbre en el Consejo de Administración de Metrovacesa del 3 de marzo cuando se trató la OPA no pactada que el empresario catalán ha lanzado para alcanzar el 44% de la primera inmobiliaria española. Siempre reservado en estas reuniones, Román Sanahuja Pons (1939), presidente de la promotora familiar Sacresa, suele ceder protagonismo y palabra a sus hijos Román y Javier, también consejeros de Metrovacesa, pero aquella tarde los socios en la empresa cotizada lo encontraron más incómodo que nunca.

Seguramente le preocupaba cómo sería recibida la OPA que su sociedad inversora (Cresa) había lanzado sobre la promotora sin previo aviso al resto de socios, pero sobre todo le inquietaba el hecho de que la operación le colocaba de nuevo en el escaparate, a él que tanto le sobrecoge el ruido.

Opacidad y derrumbamiento son dos palabras que aparecen en todas las sucintas biografías de Román Sanahuja, y muchas veces como una relación de causa efecto. El derrumbe en 1990 de varios bloques de pisos en el barrio obrero de Nou Barris en Barcelona, construidos con un cemento aluminoso, hundió también la imagen pública del entonces llamado Grupo Sanahuja, al frente de cuya gestión ya estaba Sanahuja Pons. El incidente, que además acabó con la vida de una persona, llevó a la familia a los tribunales y la replegó aún más en su silencio.

La antigua Sacresa, fundada por el desaparecido Román Sanahuja Bosch (padre), se hizo de oro al calor del desarrollismo de los años sesenta con la construcción de grandes manzanas de viviendas baratas para inmigrantes.

Con un carácter marcadamente religioso, como el padre, Sanahuja Pons ha tenido seis hijos. De éstos, los cuatro varones se han incorporado a la gestión de la compañía (Román, Javier, Juan Manuel y Ricardo). Los dos primeros son los interlocutores de todo aquel que quiera hacer negocios con Sanahuja, pero los cercanos al grupo aseguran que el padre tiene la última palabra.

"Yo nunca me he escondido", salía a decir hace 15 años el actual presidente de Sacresa en pleno chaparrón por las viviendas derruidas. Desde entonces, Sanahuja ha tratado de reinventar su empresa y mantenerla como uno de los grupos promotores con más poderío en Cataluña. Ha alcanzando unos fondos propios de 200 millones y un valor patrimonial de 1.700 millones en 2004. Ahora quiere más, y ya no puede evitar el ruido.

SCIAMMARELLA

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