Limitar la velocidad
A la luz de las cifras de muertes en carretera durante la Semana Santa, me pregunto qué habrá sido de la propuesta del Defensor del Pueblo, señor Múgica, de limitar la capacidad de los vehículos para sobrepasar determinada velocidad. Creo que ni campañas publicitarias impactantes, ni sanciones, ni carné por puntos podrán garantizar la eliminación o la reducción significativa de conductas irresponsables al volante.
Si hemos aceptado con absoluta naturalidad una serie de medidas para acabar con el humo de cigarrillos de lugares de trabajo y otros, aceptaríamos y celebraríamos en aún mayor...
A la luz de las cifras de muertes en carretera durante la Semana Santa, me pregunto qué habrá sido de la propuesta del Defensor del Pueblo, señor Múgica, de limitar la capacidad de los vehículos para sobrepasar determinada velocidad. Creo que ni campañas publicitarias impactantes, ni sanciones, ni carné por puntos podrán garantizar la eliminación o la reducción significativa de conductas irresponsables al volante.
Si hemos aceptado con absoluta naturalidad una serie de medidas para acabar con el humo de cigarrillos de lugares de trabajo y otros, aceptaríamos y celebraríamos en aún mayor medida la eliminación de la velocidad al volante de nuestra sociedad.
Supongo que hacen falta cientos de cartones de tabaco para que un fumador activo, exhalándole el humo a bocajarro, cause una lesión a otro pasivo. Un solo conductor puede, sin embargo, matar en pocos segundos a varias personas.
Ojalá llegue pronto el día en que, circulando a 70 kilómetros por hora por nuestras autovías, recordemos con estupor los tiempos en que cualquiera de nosotros podía alcanzar con su vehículo grandes velocidades, poniendo en peligro las vidas ajenas y la propia.