Las adopciones internacionales de niños se han disparado un 161% entre 1997 y 2005

Un programa presta atención a las familias hasta dos años después de recibir al menor

En 1997 se adoptaron 137 niños llegados fuera de España. El año pasado, la cifra alcanzó los 358, una cantidad estabilizada desde 2001 y algo inferior al récord de 438 al que se llegó en 2000. Durante el mismo periodo, las adopciones nacionales se duplicaron al pasar de 53 en 1997 a 105 en 2005. La Consejería de Bienestar Social anunció estos datos al presentar ayer el programa de apoyo psicológico que presta a las familias adoptivas para que los padres "ganen seguridad, aprendan pautas de crianza, superen situaciones de conflicto y detecten de forma precoz eventuales problemas".

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En 1997 se adoptaron 137 niños llegados fuera de España. El año pasado, la cifra alcanzó los 358, una cantidad estabilizada desde 2001 y algo inferior al récord de 438 al que se llegó en 2000. Durante el mismo periodo, las adopciones nacionales se duplicaron al pasar de 53 en 1997 a 105 en 2005. La Consejería de Bienestar Social anunció estos datos al presentar ayer el programa de apoyo psicológico que presta a las familias adoptivas para que los padres "ganen seguridad, aprendan pautas de crianza, superen situaciones de conflicto y detecten de forma precoz eventuales problemas".

De forma similar a las adopciones ejecutadas, la tendencia de las solicitudes de adopción -que la Consejería de Bienestar Social contabiliza de forma diferenciada- también ha seguido un ritmo ascendente. En 1997 los valencianos tramitaron 567 peticiones para adoptar un niño extranjero, mientras que el año pasado la cifra alcanzó los 1.073. En este caso, contrariamente a las adopciones consolidadas, el dato del año pasado es el más elevado de los últimos nueve años. Respecto a las solicitudes de menores nacionales, las cifras de 2005 -336 peticiones- son prácticamente las mismas que las de 1997 -un total de 335-.

El estudio presentado ayer demuestra que los padres adoptivos "presentan un alto nivel de ansiedad, sobre todo al principio", y tienen dudas sobre "cuestiones normales del desarrollo y de la crianza de los niños". De ahí, señaló la consejera Alicia de Miguel, la necesidad de ofrecer a estas personas un programa de atención personalizado, que les ayude a dar respuesta a los problemas cotidianos que surgen con la llegada de una nueva persona a la familia, una ayuda que se inicia en el momento en que solicitan la adopción y que se extiende hasta el segundo año de convivencia.

De hecho, como apuntó la responsable del programa, María Vicenta Mestre, aunque la mayoría de las personas se siente competente y eficaz como padres antes de la llegada del hijo, durante el primer mes de convivencia, "el 100% de los padres adoptivos reconoce que tiene dificultades para establecer criterios disciplinarios, y el 70% se siente poco efectivo en la comunicación con su hijo".

En el estudio se ha evaluado a 476 familias -el 21% monoparentales-, a quienes se les ha ofrecido unos cursos de formación previos a la llegada del pequeño y sobre las que se ha realizado un seguimiento una vez el menor llega. El programa, según De Miguel, ha demostrado que ayuda a que se produzca "una mejor y más rápida adaptación, y una mejor solución de conflictos, tanto por parte del niño como de sus familiares".

Europa del Este o China

Entre las conclusiones del informe presentadas ayer se encuentra una descripción de aspectos generales que tienen en común los menores llegados de China respecto a aquellos procedentes de Europa del Este.

Con relación a los primeros, se definen como niños y -fundamentalmente- niñas "pequeños"; con "capacidad de imitación"; con "buena atención"; "cierto retraso en el control motor grueso (no suelen caminar)"; "buena coordinación oculo-manual", y reflexiones como "bien en el control motor fino" o "manifestaciones de cariño: buscan al adulto, lo abrazan...".

Los adjetivos y expresiones empleadas para describir a los provenientes de Europa del Este son "movidos"; "un poco impulsivos. Poca atención"; "despiertos"; "espabilados"; "pendientes de lo que pasa a su alrededor" o "bajo nivel de desarrollo a nivel físico (muy pequeñitos)".

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