Crítica:POESÍA

Siempre en el camino

Anne-Hélène Suárez (Barcelona, 1960), sinóloga de prestigio, ha realizado auténticas maravillas en el campo de la traducción y de la edición de poesía y de textos clásicos chinos como Tao te king. El libro del curso y de la virtud (Siruela); Cincuenta poemas de Li Bo; Recordando el pasado en el Acantilado rojo y otros poemas, de Su Dongpo (ambos en Hiperión), 299 cuartetos de Wang Wei y su círculo o 111 cuartetos de Bai Juyi (ambos en Pre-Textos). Suárez presenta ahora A punto de partir. 100 poemas de Li Bai, que constituirá una gozada para el lector, ...

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Anne-Hélène Suárez (Barcelona, 1960), sinóloga de prestigio, ha realizado auténticas maravillas en el campo de la traducción y de la edición de poesía y de textos clásicos chinos como Tao te king. El libro del curso y de la virtud (Siruela); Cincuenta poemas de Li Bo; Recordando el pasado en el Acantilado rojo y otros poemas, de Su Dongpo (ambos en Hiperión), 299 cuartetos de Wang Wei y su círculo o 111 cuartetos de Bai Juyi (ambos en Pre-Textos). Suárez presenta ahora A punto de partir. 100 poemas de Li Bai, que constituirá una gozada para el lector, ya que, como otras traducciones suyas, el texto diríase escrito en la lengua al que ha sido vertido. Li Bai (701762), el poeta, junto a Du Fu, más famoso de la literatura china, que vivió el periodo de apogeo de la dinastía Tang, fue, según el retrato que de él se nos hace en el prólogo, un personaje extravagante, viajero, dado a la aventura y a la bebida, siempre de un lado a otro del país en busca de un protector que le proporcionara un cargo bien remunerado. De este vagar por el mundo, de los encuentros y despedidas con gentes y amigos con quienes se encontraba, surgen un buen número de poemas que tienen como tema el adiós ("En las ramas los monos desgarran el alma, / junto al monte las lágrimas llenan el vaso, / Las nubecillas blancas me miran partir, / y se mecen flotantes, / a modo de adiós"), el vino (en el espléndido 'Bebamos': "¿No veis, señor? / Las aguas del Río Amarillo caen de los cielos / y se precipitan al mar para no volver. / ¿No veis, señor? / Los espejos de este salón lloran nuestras canas, / que al alba fueron seda negra y nieva al ocaso, / En esta vida disfrutad del gozo hasta el fin / que el vaso nunca esté vacío bajo la luna. / Los dones que el cielo nos hizo han de hallar empleo: / miles de monedas gastad, que ya volverán"...). Y junto al vino y los viajes, su arrogancia y su altanería ("Viento de primavera, si tú y yo no nos conocemos, / ¿con qué propósito irrumpes tras la cortina de gasa?") y la pérdida de la juventud ("Treinta mil pies miden mis canas, / igual de largas son mis penas. / En el espejo, me pregunto / de dónde viene tanta escarcha"). Personaje singular, contradictorio -solitario y, a la vez, empedernido buscador de sensaciones y honores-, con arrebatos de sabiduría a veces y de rebeldía otros, Li Bai aparece ante el lector actual como una suerte de François Villon, siempre a la contra de los convencionalismos, a la búsqueda de la libertad y de las fuentes de una dicha que, a la postre, ha de durar lo que un suspiro.

A PUNTO DE PARTIR. 100 poemas de Li Bai

Edición y traducción de Anne-Hélène Suárez Girard

Pre-Textos. Valencia, 2005

297 páginas. 23 euros

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