Reportaje:

Nunca es tarde para pedalear

El Bicicleta Club de Catalunya ofrece cursos para enseñar a ir en bicicleta a adultos

La mayoría de las personas aprenden a ir en bicicleta en su más tierna infancia. El padre empuja el sillín, el niño se da contra el suelo un par de veces y a correr. Pero hay quienes alcanzan la edad adulta sin haber tenido esa oportunidad. Es el caso de Montserrat Sancho, de 53 años. Sus padres nunca le compraron una bici y ahora se encuentra con que a su marido y a sus hijos les encanta ir de excursión sobre dos ruedas.

"Me piden que vaya con ellos, pero claro, yo no sé montar", se lamenta. Por Reyes, su familia le regaló un curso para poner remedio a esta carencia. Ayer, Montserrat l...

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La mayoría de las personas aprenden a ir en bicicleta en su más tierna infancia. El padre empuja el sillín, el niño se da contra el suelo un par de veces y a correr. Pero hay quienes alcanzan la edad adulta sin haber tenido esa oportunidad. Es el caso de Montserrat Sancho, de 53 años. Sus padres nunca le compraron una bici y ahora se encuentra con que a su marido y a sus hijos les encanta ir de excursión sobre dos ruedas.

"Me piden que vaya con ellos, pero claro, yo no sé montar", se lamenta. Por Reyes, su familia le regaló un curso para poner remedio a esta carencia. Ayer, Montserrat lo inició en el paseo marítimo de la Barceloneta junto con otras 14 personas (todas mujeres) y con la ayuda de dos monitoras del Bicicleta Club de Catalunya, que organiza estos cursillos desde hace cinco años. "Nuestro objetivo es quitarles el miedo a caer y que consigan equilibrio encima de la bicicleta", explica Sara, una de las monitoras.

"No es que tenga miedo, pero como voy en tensión, pongo demasiado peso en el manillar y me desestabilizo", comenta Montse Playà, que a sus 58 años tiene una gran ilusión por montar en bicicleta y recordar así su infancia, cuando iba en triciclo.

La motivación de estas 15 mujeres la resume Rosalía González, de 57 años: "Quiero la bici para tener autonomía, pasear, salir, disfrutar del sol y de la naturaleza". Míriam Riera, de 36, ya sabe ir en patines. Pero piensa que, con la bicicleta, podrá disfrutar más de la ciudad. Con un horizonte claro, todas se esforzaron durante las dos horas que duró la sesión de ayer por aplicar los consejos de las monitoras. Bajaron y subieron una y otra vez la rampa del parque de la Barceloneta. Salieron satisfechas. Con tres sesiones más, Sara calcula que estarán listas para pedalear.

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