El Consorcio de Aguas abandona sus negocios en el extranjero al rescindirse su contrato en Argentina

El Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia abandonará próximamente el único negocio que aún mantenía en el extranjero. El Gobierno argentino ha rescindido el contrato del servicio de saneamiento y abastecimiento de agua en el entorno de Buenos Aires, servicio que prestaba la empresa Aguas del Gran Buenos Aires desde 2000 a 1,7 millones de usuarios. El Consorcio tiene una participación del 3,3% en dicha compañía, la misma que la BBK y que la SPRI (Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, dependiente del Gobierno vasco). Los socios mayoritarios son la constructora ACS, con el 37% del capi...

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El Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia abandonará próximamente el único negocio que aún mantenía en el extranjero. El Gobierno argentino ha rescindido el contrato del servicio de saneamiento y abastecimiento de agua en el entorno de Buenos Aires, servicio que prestaba la empresa Aguas del Gran Buenos Aires desde 2000 a 1,7 millones de usuarios. El Consorcio tiene una participación del 3,3% en dicha compañía, la misma que la BBK y que la SPRI (Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, dependiente del Gobierno vasco). Los socios mayoritarios son la constructora ACS, con el 37% del capital, y la compañía italiana Impregilo (43%).

La rescisión se ha producido porque Aguas del Gran Buenos Aires decidió no renovar la fianza de la concesión, vigente hasta 2030, en un claro mensaje de su escaso interés por continuar con el negocio. Todos los socios presentaron a finales del pasado año una demanda contra la Administración argentina ante un tribunal internacional con el argumento de que la concesión resultaba inviable por la protección de precios decidida por las autoridades de ese país, según señaló ayer Ibon Areso, presidente del consorcio vizcaíno. La semana pasada, recibieron la comunicación del Gobierno de Néstor Kirchner sobre la rescisión del contrato.

"Nosotros estamos tranquilos, primero porque la participación era pequeña. Era un negocio en el que no habíamos puesto mucho dinero ni íbamos a ganar mucho", dijo Areso, quien aseguró que no tiene datos de las posibles pérdidas con esta salida. "Lo grave era la fianza, que era una cantidad importante, y eso ya se solucionó al no renovarla".

Areso opinó que el abandono del negocio es "doblemente deseable", pues el consorcio es el operador del servicio y su mantenimiento, sin inversiones, podía haber causado a corto plazo algún problema en la calidad del agua. De momento, Aguas del Gran Buenos Aires mantiene la prestación del servicio.

El consorcio cerró en octubre su negocio en Uruguay, donde tenía el 13%, tras un acuerdo con el Gobierno de ese país, con un beneficio de 184.000 euros.

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