Las reglas del juego

"Señorita", me dijo la operadora de Telefónica, en tono altivo y un poco cínico, "tenemos órdenes de no pasar las llamadas a ningún departamento técnico superior, entre otras cosas porque no existe. Como mucho, puedo solicitarle un técnico para que acuda a su domicilio". "¿Pero cómo?", respondí, "si su compañera me estaba pasando con dicho departamento y se ha cortado la conexión...". "Señorita", continuó, "para no tener que aguantar las broncas de clientes cabreados como usted, se nos dice que os pasamos con un servicio técnico superior y se os corta la llamada".

Así de sincera me fue ...

"Señorita", me dijo la operadora de Telefónica, en tono altivo y un poco cínico, "tenemos órdenes de no pasar las llamadas a ningún departamento técnico superior, entre otras cosas porque no existe. Como mucho, puedo solicitarle un técnico para que acuda a su domicilio". "¿Pero cómo?", respondí, "si su compañera me estaba pasando con dicho departamento y se ha cortado la conexión...". "Señorita", continuó, "para no tener que aguantar las broncas de clientes cabreados como usted, se nos dice que os pasamos con un servicio técnico superior y se os corta la llamada".

Así de sincera me fue esta competente teleoperadora. Telefónica ya ni se molesta en ocultar sus estrategias de engaño, te lo dice a la cara. Después de mes y medio de repetidas llamadas cortadas o excusadas con un "están comunicando, le tomo nota y enseguida se pondrán en contacto con usted", tuve que solicitar un técnico que me costó 80 euros (y que no supo decirme dónde estaba la avería pero logró que volviese a funcionar), a lo que hay que sumar el coste de todas las llamadas que me cortaron y las que jamás respondieron, y el coste del servicio de ADSL que durante mes y medio estuvo inutilizado.

A sólo dos semanas de la visita del técnico, vuelvo a tener problemas y Telefónica quiere volver a cobrarme 80 euros mandando otro. Ahora ya sé las reglas del juego.