Emotivo homenaje al doctor Carles Margarit, pionero del trasplante hepático
Con el Pabellón Docente del Hospital Universitario Vall d'Hebron lleno a rebosar, el centro hospitalario celebró ayer un acto de homenaje a uno de los autores del primer trasplante hepático en España, el doctor Carles Margarit i Creixell, que murió en accidente de esquí el pasado 9 de diciembre, a los 55 años.
La consejera de Salud, Marina Geli, abrió el acto y destacó la calidad profesional y humana que reunía el fallecido doctor, al tiempo que comprometía a la sanidad pública con uno de los retos que dejó pendientes: el programa de trasplante intestinal. El gerente del hospital afirmó...
Con el Pabellón Docente del Hospital Universitario Vall d'Hebron lleno a rebosar, el centro hospitalario celebró ayer un acto de homenaje a uno de los autores del primer trasplante hepático en España, el doctor Carles Margarit i Creixell, que murió en accidente de esquí el pasado 9 de diciembre, a los 55 años.
La consejera de Salud, Marina Geli, abrió el acto y destacó la calidad profesional y humana que reunía el fallecido doctor, al tiempo que comprometía a la sanidad pública con uno de los retos que dejó pendientes: el programa de trasplante intestinal. El gerente del hospital afirmó que se iniciará este año.
La primera parte del acto tuvo un enfoque académico y fue protagonizada por médicos que habían compartido aspectos de su trabajo con el fallecido. Todos destacaron su ineludible compromiso con su profesión y con los enfermos, su gran capacidad de trabajo y su impecable habilidad como cirujano.
La segunda parte tuvo un carácter más personal. Intervinieron pacientes tratados por Margarit en los casi 900 transplantes y más de 8.000 operaciones que realizó, miembros próximos de su equipo -como su secretaria Montse Amenós y la supervisora de quirófano Mariona Mir-, y compañeros que compartían su gran afición por la montaña y el esquí, como el doctor Ramón Charco y su hijo Pau Margarit. Las intervenciones coincidieron en destacar el amor del médico por sus pacientes, sobre todo cuando se trataba de niños, y la humanidad que escondía tras un parapeto de timidez.