El tercer banco español inicia una nueva etapa

La muerte de Luis Valls abre una nueva etapa en el tercer banco español. La entidad está en manos de Ángel Ron, presidente ejecutivo, y, en menor medida, de Javier Valls, hermano del fallecido y que representa la conexión con las familias tradicionales del consejo.

El Popular siempre ha sido un bocado apetecible para sus competidores. De forma más o menos amistosa, en el pasado ya se han acercado el Santander y el BBVA, sin ningún éxito. La Sindicatura de Accionistas (con el 10%), Allianz (10%) y Américo Amorim (6%), así como otros consejeros, representan a casi el 35% del capital. Este...

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La muerte de Luis Valls abre una nueva etapa en el tercer banco español. La entidad está en manos de Ángel Ron, presidente ejecutivo, y, en menor medida, de Javier Valls, hermano del fallecido y que representa la conexión con las familias tradicionales del consejo.

El Popular siempre ha sido un bocado apetecible para sus competidores. De forma más o menos amistosa, en el pasado ya se han acercado el Santander y el BBVA, sin ningún éxito. La Sindicatura de Accionistas (con el 10%), Allianz (10%) y Américo Amorim (6%), así como otros consejeros, representan a casi el 35% del capital. Este baluarte le ha valido hasta ahora para alejar a sus enemigos. Pero ahora los pretendientes también pueden ser extranjeros: Barclays, BNP Paribas, ABN Amro, entre otros. La cuestión es qué actitud podría tener Allianz (incluso Amorim) si alguien hace una oferta generosa por el banco. Hasta ahora Allianz recibe el 50% del beneficio del negocio asegurador a cambio de su fidelidad.

Por si acaso, Luis Valls ha dejado medidas de blindaje relevantes para estas batallas. Los estatutos señalan que ningún accionista puede votar por más del 10% del capital. Para asistir a las juntas, los accionistas deben anunciar con cinco días de antelación el número de títulos que representan. Además, para entrar en la junta hay que poseer el 1 por 1.000 del capital, es decir, 13,6 millones de euros en títulos del Popular. Sin duda, una condición que choca frontalmente con los actuales códigos de Buen Gobierno.

El futuro, según fuentes cercanas del banco, pasa por la plenitud profesional de la entidad, es decir, que Ángel Ron asuma la presidencia única, o que siga bajo la órbita del Opus Dei, con el nombramiento en la cúpula de una persona cercana a esta organización religiosa. "Si no hay una separación del Opus Dei, el mensaje es que el Popular sigue bajo su órbita", apuntan en medios financieros. Ron, aunque no pertenece al Opus Dei, ha trabajado 16 años con Valls, lo que le convierte en un hombre de la casa. El Popular dona unos 22 millones de euros a fundaciones dirigidas por personas del Opus Dei.

En mitad de estas conjeturas, el 3 de marzo se celebrará el primer Consejo de Administración desde el fallecimiento de Luis Valls. Nadie espera medidas drásticas, pero deberá decidir (algo clave) quién preside la junta de accionistas de final de mayo.

Mientras tanto, el futuro pasa por reforzar la Sindicatura de Accionistas para conservar la independencia del banco, según fuentes cercanas.

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