Las tareas de rescate tras el alud en Filipinas se centran en una escuela

Unas señales detectadas en la zona reavivan las esperanzas de hallar supervivientes

Señales procedentes de la escuela primaria de Guinsaugon, en el municipio de San Bernardo, isla de Leyte, que el viernes quedó sepultada por un alud de barro y rocas, hicieron resurgir las esperanzas de hallar supervivientes. Sin embargo, unas declaraciones del Ministerio del Interior filipino, que aseguraba que marines estadounidenses habían encontrado a 50 personas vivas, fueron desmentidas después. Sólo hallaron cadáveres.

Por segunda vez en dos días, los equipos de rescate creyeron oír ayer pequeños golpes que salían del lugar donde estuvo situada la escuela, que en el momen...

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Señales procedentes de la escuela primaria de Guinsaugon, en el municipio de San Bernardo, isla de Leyte, que el viernes quedó sepultada por un alud de barro y rocas, hicieron resurgir las esperanzas de hallar supervivientes. Sin embargo, unas declaraciones del Ministerio del Interior filipino, que aseguraba que marines estadounidenses habían encontrado a 50 personas vivas, fueron desmentidas después. Sólo hallaron cadáveres.

Por segunda vez en dos días, los equipos de rescate creyeron oír ayer pequeños golpes que salían del lugar donde estuvo situada la escuela, que en el momento del alud contaba en su interior con más de dos centenares de personas, entre alumnos, maestros y madres. Previamente, unos sensores muy sensibles habían detectado sonidos, aunque no se pudo confirmar si eran emitidos por supervivientes o por el movimiento del lodo, originado por la erosión de la montaña vecina a causa de las lluvias y, según la organización Greenpeace, por la tala de árboles y la excavación de minas.

"Sabemos que hay algo ahí abajo", dijo el teniente de los infantes de Marina de EE UU, Richard Neikirk. "A medida que profundizamos, aumentan las señales", añadió. Los grupos de rescate malaisio y taiwanés declararon que ellos también habían detectado un sonido intermitente. A ello se sumó el hecho de que los perros de rastreo se detuvieron en los últimos días en tres ocasiones donde estaba la escuela, uno de los lugares en los que los equipos de salvamento excavan con las manos para no herir a los posibles supervivientes, pues fue declarado "área de búsqueda y salvamento prioritario" después de que varias personas recibieran en sus móviles mensajes de texto de familiares atrapados en el centro.

La única posibilidad de que hubiera personas vivas al cabo de casi cuatro días bajo el barro y las rocas es que se encontraran en bolsas de aire, afirman los expertos en este tipo de catástrofes, en las que las esperanzas de vida son más reducidas que en los seísmos.

Un total de 81 cadáveres han sido recuperados, mientras que 1.371 personas siguen desaparecidas, aunque la cifra podría ascender a más de 3.000, según las autoridades locales.

Por su parte, cuatro miembros de la ONG catalana K9, entre ellos un médico, llegaron ayer para participar en las operaciones de rescate en la isla de Leyte. Apoyándose en un equipo de cuatro perros adiestrados, la ONG con base en Creixell (Tarragona) llegó "con la esperanza de encontrar supervivientes", según declaró a la agencia Efe el presidente de la asociación, Pedro Frutos.

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Marines estadounidenses trabajan en las tareas de rescate.REUTERS

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