Editorial:

Libertad parcial

Ochenta años después de su implantación, desaparece el sistema de precios intervenidos en la telefonía fija. La Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) ha decidido eliminar el sistema de precios máximos que regulaba las tarifas de telefonía fija minorista de Telefónica, con lo cual esta empresa y el resto de los operadores podrán decidir libremente sus precios y, lo que resulta más relevante al respecto, competir, en un mercado teóricamente abierto, con criterios de calidad del servicio y gestión de ingresos y costes.

Telefónica deberá informar de las variaciones de precios a l...

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Ochenta años después de su implantación, desaparece el sistema de precios intervenidos en la telefonía fija. La Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) ha decidido eliminar el sistema de precios máximos que regulaba las tarifas de telefonía fija minorista de Telefónica, con lo cual esta empresa y el resto de los operadores podrán decidir libremente sus precios y, lo que resulta más relevante al respecto, competir, en un mercado teóricamente abierto, con criterios de calidad del servicio y gestión de ingresos y costes.

Telefónica deberá informar de las variaciones de precios a la Comisión, lo que sitúa los precios de la compañía en la categoría de "comunicados"; pero implica un avance para la competencia de los servicios telefónicos, puesto que la medida permitirá a Telefónica fijar libremente los precios para empresas y particulares. No obstante, conviene precisar que la CMT no se ha pronunciado hasta el momento sobre la cuota de abono, que representa como media más de la mitad del recibo del usuario. El mantenimiento de dicha cuota limita el alcance de la liberalización, aunque cabe suponer que las autoridades tendrán que abordar próximamente la cuestión.

El momento elegido para liberalizar parcialmente las tarifas resulta oportuno, al menos para los consumidores, porque el mercado se mueve hoy con criterios de estricta competencia; y, además, la telefonía fija ha perdido definitivamente su primacía en la telecomunicación. A diferencia de otros mercados, como el energético, con competencia empresarial muy escasa, en la telefonía resulta poco probable que una liberalización (parcial) de precios se traduzca en un encarecimiento, puesto que Telefónica obtendrá probablemente mejores resultados empresariales -es decir, ganará más clientes rentables- con una política de ofrecer conjuntos de servicios que incluyan diversos tipos de comunicación (móvil, ADSL, fijo, imagen) que explotando individualmente segmentos agotados de actividad. Naturalmente, esta hipótesis deberá ser corroborada por la experiencia.

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