Entrevista:Yevgueni Popov | MAPA DE LAS LETRAS RUSAS

"La naturaleza humana no depende del sistema sociopolítico"

Yevgueni Popov es uno de los autores que participó en el mítico almanaque Metropol de 1978, por lo que al año siguiente fue expulsado de la Unión de Escritores de la URSS. En aquella época eso significaba una implícita prohibición de publicar sus obras, con los consecuentes problemas literarios y económicos que ello conllevaba. Después de participar en el almanaque Katalog de 1980, el KGB le requisó manuscritos y su máquina de escribir. El principal tema de sus cientos de cuentos y de sus novelas es, en sus propias palabras, "las aventuras tragicómicas del ruso en su propio país, sus relacione...

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Yevgueni Popov es uno de los autores que participó en el mítico almanaque Metropol de 1978, por lo que al año siguiente fue expulsado de la Unión de Escritores de la URSS. En aquella época eso significaba una implícita prohibición de publicar sus obras, con los consecuentes problemas literarios y económicos que ello conllevaba. Después de participar en el almanaque Katalog de 1980, el KGB le requisó manuscritos y su máquina de escribir. El principal tema de sus cientos de cuentos y de sus novelas es, en sus propias palabras, "las aventuras tragicómicas del ruso en su propio país, sus relaciones con la historia, los jefes, el vodka, las mujeres, la muerte". "De ahí viene el humor negro, la mística, la fantasmagoría" de sus textos, explica.

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1. La literatura rusa del periodo soviético se dividía en literatura rusa soviética y literatura rusa no soviética, que comprendía todos los textos rechazados por el antiguo régimen no sólo debido a motivos políticos o estéticos, sino también a la más elemental estupidez del poder soviético que se guiaba por el lema: quien no está con nosotros, está contra nosotros. De ella formaban parte la literatura de la emigración rusa (Iván Bunin, Vladímir Nabokov), las obras de los emigrantes internos (Andréi Platónov, Anna Ajmátova, Mijaíl Zóshchenko, Osip Mandelstam, Iósif Brodski, Alexandr Solzhenitsin, Vasili Axiónov) y los textos de los disidentes literarios de las décadas de los setenta y ochenta. La literatura rusa soviética, empapada en la falsa ideología de construcción del brillante futuro comunista en un país que no estaba destinado a ello terminó -espero que definitivamente- con la desintegración de la URSS. La literatura de una tribu mítica que llevaba el nombre de pueblo soviético seguramente es interesante sólo para los investigadores que escriben sesudos ensayos, y para los jóvenes vanguardistas que parasitan en ella, creando construcciones brutales que parodian el idiotismo del alto estilo soviético. Los ejemplos de algunos literatos soviéticos (Shólojov, Mayakovski) son la excepción que confirma la regla general. Literatura hoy se ha convertido en literatura pura, y aquí está la línea divisoria.

2. En la literatura rusa impera hoy un auténtico pluralismo de opiniones, estilos, corrientes. Desde el realismo tradicional hasta las formas extremas, que ponen en duda el mismo sentido de la literatura. Cada escritor es libre de decidir cómo vivir y escribir, a qué ídolos adorar. Y aquí la línea divisoria pasa, como en todo el mundo, entre la literatura no comercial y la pop, es decir, la cultura de masas.

3. La principal lección histórica que han sacado los literatos rusos en los últimos diez años es que la naturaleza humana no cambia y no depende directamente del sistema sociopolítico. La literatura rusa actual, en la medida de sus fuerzas, investiga el fenómeno místico de la conversión instantánea de los comunistas, komsomoles y miembros del KGB en demócratas, banqueros y capitalistas; trata de comprender cómo se ve, en el contexto de la historia milenaria de Rusia, este conformismo sin fronteras y por qué los ciudadanos de a pie llegan a la conclusión de que el capitalismo es la misma mierda que el soviético socialismo desarrollado.

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