La familia del fallecido en Latina cree que los asesinos buscaban dinero

La policía rastrea las llamadas recibidas por la víctima antes de su secuestro

"No entiendo cómo le han podido hacer esto a José Luis. Él sólo se ha dedicado a hacer el bien". Con lágrimas en los ojos se expresaba ayer Teresa, hermana de José Luis Recuero del Pino, de 60 años, que fue hallado muerto el sábado en un solar de Latina tras estar secuestrado 12 días. Sus familiares afirman que Recuero no tenía enemigos. "Los que le han secuestrado han creído que tenía dinero porque vendió hace poco un chalé en Estepona", sospecha su hermana.

El secuestro de José Luis Recuero -condenado a nueve años de cárcel en 1997 por un caso de corrupción en la Guardia Civil- se pro...

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"No entiendo cómo le han podido hacer esto a José Luis. Él sólo se ha dedicado a hacer el bien". Con lágrimas en los ojos se expresaba ayer Teresa, hermana de José Luis Recuero del Pino, de 60 años, que fue hallado muerto el sábado en un solar de Latina tras estar secuestrado 12 días. Sus familiares afirman que Recuero no tenía enemigos. "Los que le han secuestrado han creído que tenía dinero porque vendió hace poco un chalé en Estepona", sospecha su hermana.

El secuestro de José Luis Recuero -condenado a nueve años de cárcel en 1997 por un caso de corrupción en la Guardia Civil- se produjo la tarde del 23 de enero, cuando la víctima regresaba a su casa, en la calle de Sinesio Delgado (Fuencarral). Tres personas lo abordaron y le obligaron a meterse en su coche. "Hacía dos meses que había muerto su esposa, de cáncer. Decidió vender el coche de ella para no tener ese recuerdo y comprarse un todoterreno. El nuevo, que aún no ha aparecido, lo sacó hacía 20 días", añade la hermana.

"Hemos vivido días de mucha angustia. Al ver que los secuestradores no llamaban para pedir dinero, pensamos que le podría ocurrir lo peor", prosigue Teresa Recuero. La fatal noticia fue confirmada por la policía el sábado a las 14.30, cuando cotejaron las huellas de un cadáver que presentaba tres disparos y que fue hallado por un vigilante en la Venta la Rubia (Latina), a la altura del kilómetro 10 de la autovía de Extremadura (A-5). Se trataba de José Luis Recuero.

La familia del fallecido cree que los captores pensaban hacerse con el dinero procedente de la venta de un chalé en Estepona (Málaga). Sin embargo, gran parte de ese dinero fue destinado al pago de la operación a la que fue sometida la esposa del fallecido para intentar atajar el cáncer que padecía.

Recuero, que fue confidente de la Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga (Ucifa) de la Guardia Civil, fue condenado a nueve años de cárcel en 1997 por traficar con droga. Él y su compinche José Manuel García Gutiérrez eran apodados los hermanos Dalton. Según la sentencia de la Audiencia Nacional, ambos confidentes "prepararon una importante operación de cocaína en España" con el consentimiento del coronel Arsenio Ayuso.

Autopsia

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El fallecido era el pequeño de tres hermanos criados en el municipio toledano de Los Navalmorales, donde será enterrado en los próximos días. La familia tenía previsto incinerarlo, al igual que su esposa, pero el juez que instruye el caso se lo ha denegado. Ayer le fue practicada la autopsia al cadáver, pero falta que sea sometido a rayos X. Esto retrasará su salida del Instituto Anatómico Forense hasta mañana martes como muy pronto, según fuentes judiciales.Recuero tiene dos hijos. La mayor, de unos 25 años, está casada y vive en la sierra. El menor, de 16, reside en el domicilio familiar. Ahora se ha quedado solo. "Es el que peor lo está pasando. No quiere ni que hablemos de lo que ha pasado", dice la hermana.

A la familia le ha sorprendido que el fallecido llevara un chándal azul y zapatillas deportivas cuando fue asesinado. "Cuando fue secuestrado llevaba zapatos marrones, un pantalón oscuro, una chaqueta de paño y una bufanda negra y amarilla. Siempre iba con ropa de sport. Jamás usaba zapatillas ni llevaba ropa deportiva", explica Teresa Recuero. El fallecido había tenido, junto con otro socio, un restaurante en la calle de Uruguay, pero lo cerró ya que no iba bien. Repartió el dinero con su compañero y cerró la empresa.

La policía discrepa de la versión facilitada por la familia de lo que le pudo ocurrir a Recuero. Cree que el asesinato puede estar relacionado con alguna compraventa de droga a gran escala, en la que el fallecido pudo intervenir como intermediario.

Los agentes han centrado sus investigaciones en reconstruir las horas previas al secuestro. Fundamental en este punto será el listado de llamadas recibidas y efectuadas por el fallecido a través de su teléfono móvil. Un detalle importante es que el todoterreno aún no ha sido localizado.

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