Despensa de Santa Teresa

La parroquia de Santa Teresa de Jesús, también en la calle del Llobregós, fue otro de los escenarios del primer aniversario. "Me habéis ocupado la casa", bromeaba el párroco, Eliseo Durbán, que anda algo delicado de salud. En la pared de la entrada habían colgado unos dibujos hechos por alumnos de sexto de EGB. Aunque carecen del sentido de la perspectiva, las pinturas reflejan el drama vivido hace un año en el Carmel: los edificios agrietados y a punto de caer. Dada la gran afluencia de personas entre curiosos, periodistas y miembros de la asociación de vecinos, una de las salas de la iglesia...

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La parroquia de Santa Teresa de Jesús, también en la calle del Llobregós, fue otro de los escenarios del primer aniversario. "Me habéis ocupado la casa", bromeaba el párroco, Eliseo Durbán, que anda algo delicado de salud. En la pared de la entrada habían colgado unos dibujos hechos por alumnos de sexto de EGB. Aunque carecen del sentido de la perspectiva, las pinturas reflejan el drama vivido hace un año en el Carmel: los edificios agrietados y a punto de caer. Dada la gran afluencia de personas entre curiosos, periodistas y miembros de la asociación de vecinos, una de las salas de la iglesia se convirtió en una improvisada cafetería. En la despensa de Santa Teresa se podía tomar café, caldo o batido de chocolate, y se podían comer embutidos y magdalenas.

Lluís Villacorta, representante de una asociación de vecinos alternativa a la del Carmel, se presentó en la parroquia para explicar que aún queda mucho por hacer. "Más allá de resolver lo que causó el accidente, hacen falta más servicios sociales, más equipamientos y más bibliotecas". Por la tarde, la iglesia regresó a sus funciones habituales. A las 18.30 se celebró una misa solidaria, con un concierto de la coral del Orfeó de Sants.

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