Historias de balseros
Primera realización de un productor argentino, Jorge Dyszel, rodada en Cuba y con un ojo puesto en una cierta poética de la miseria, Al fin, el mar... es una bienintencionada, bien que torpe, peripecia centrada en la intersección de dos historias vitales: la de un cubano-estadounidense (Joel Núñez) que busca su lugar en el mundo y la de una cubana (Audry Gutiérrez Alea, hija del gran Titón, a quien, por cierto, está dedicado el filme) que sobrevivió a un accidente balsero mientras seguía a su marido rumbo a un incierto, a la postre, trágico destino.
Como buena parte de las pelícu...
Primera realización de un productor argentino, Jorge Dyszel, rodada en Cuba y con un ojo puesto en una cierta poética de la miseria, Al fin, el mar... es una bienintencionada, bien que torpe, peripecia centrada en la intersección de dos historias vitales: la de un cubano-estadounidense (Joel Núñez) que busca su lugar en el mundo y la de una cubana (Audry Gutiérrez Alea, hija del gran Titón, a quien, por cierto, está dedicado el filme) que sobrevivió a un accidente balsero mientras seguía a su marido rumbo a un incierto, a la postre, trágico destino.
Como buena parte de las películas que abordan la realidad cubana en estos días, también ésta dice y no dice, amaga pero no va hasta el fondo de una crítica social que se queda en apenas apuntes de urgencia.
AL FIN, EL MAR...
Dirección: Jorge Dyszel. Intérpretes: Joel Núñez, Audry Gutiérrez Alea, Enrique Pinti, Vladimir Cruz. Género: drama. Cuba-Argentina, 2005. Duración: 95 minutos.
Pero eso, que a algún espectador avisado le parecerá grave, no es lo peor de un filme que, además, se pone tierno cuando no debiera; que cuando pretende resultar trascendente se hace sencillamente cargante, y cuando hecha mano de, para entendernos, recursos poéticos se vuelve francamente insoportable.