Llamazares y Valderas abren una vía de conciliación tras las tensiones territoriales

El pacto del Estatuto catalán ha repercutido también en el equilibrio interno de Izquierda Unidad en forma de tregua. Tras meses de un pulso abierto entre las direcciones andaluza y federal por el apoyo de esta última al primer borrador de Cataluña -que los andaluces tacharon de claramente lesivo para los intereses de la comunidad- el coordinador nacional, Gaspar Llamazares, viajó ayer a Sevilla para reunirse con la permanente andaluza.

Aunque no haya sido precisamente por la intervención del equipo de Llamazares, quien decidió incluso no presentar ni una enmienda a la primera propuesta...

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El pacto del Estatuto catalán ha repercutido también en el equilibrio interno de Izquierda Unidad en forma de tregua. Tras meses de un pulso abierto entre las direcciones andaluza y federal por el apoyo de esta última al primer borrador de Cataluña -que los andaluces tacharon de claramente lesivo para los intereses de la comunidad- el coordinador nacional, Gaspar Llamazares, viajó ayer a Sevilla para reunirse con la permanente andaluza.

Aunque no haya sido precisamente por la intervención del equipo de Llamazares, quien decidió incluso no presentar ni una enmienda a la primera propuesta catalana, el recorte de las aspiraciones confederales de los catalanes ha sido un bálsamo que ha calmado la tensión en Andalucía, dispuesta a no aceptar ninguna desigualdad, viniese de quien viniese. Llamazares se hizo ayer la foto oficial con el coordinador andaluz, Diego Valderas, para dejar constancia del respaldo de la dirección federal a las negociaciones del Estatuto andaluz y, una vez sellado el acuerdo, colocar al mismo nivel la norma andaluza y la catalana. Fue prolijo en elogios: trabajo magnífico, excelente, de hondo calado social y equilibrador.

Sobre sus discrepancias con la dirección andaluza, Llamazares pasó de puntillas y tan sólo dijo que, después de todo, el resultado ha sido positivo pese a los enfrentamientos, para lo que echó mano de un refrán: "Bien está lo que bien acaba". También recurrió a la comparación como una forma de quitar hierro a las diferencias y puso como ejemplo la distancia en el PSOE entre Pascual Maragall y Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

A juicio del coordinador general, las diferencias han sido "menores". "Igual tenemos que gestionar mejor las opiniones distintas para no aparecer enfrentados, IU se enriquece y hay solidez en el proyecto", apostilló. Lo mismo vino a decir Valderas, quien habló de pluralidad de distintas voces que se contrastan y aprovechó para meter una cuña: "En la dirección andaluza tenemos muy claro que debemos defender los intereses de Andalucía".

En la reunión, los andaluces, según fuentes de la ejecutiva, se mostraron igual de reivindicativos. El tema estrella fue el modelo de Estado y la determinación de Andalucía de rechazar la singularidad de vascos y catalanes, federaciones con las que equipo de Gaspar Llamazares tiene especial sintonía. En la organización andaluza son consciente de que el acercamiento y las coincidencias son circunstanciales, habida cuenta de que en el pacto de Cataluña IU federal no ha tenido ningún papel -han sido PSOE y CiU- y había decidido aceptar el proyecto catalán tal cual, aún siendo de carácter confederal.

La tesis, en cualquier caso, es abrir un espacio de acuerdo mínimo que se prolongue hasta las municipales para no perjudicar las expectativas electorales en la cita local de 2007.

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