Reportaje:

La cantina del jubilado se sube a la parra

Los modestos pensionistas de un hogar de Alicante denuncian una subida del 100% del precio de las consumiciones del bar

A los modestos pensionistas y jubilados del Centro Especial de Atención de Mayores (CEAM) Pío XII de Alicante la cuesta de enero les ha deparado una sorpresa extra: el subidón de precios en las consumiciones de la cantina del hogar, dependiente de la Consejería de Bienestar Social. "De golpe y porrazo nos ha subido los precios de las consumiciones, especialmente las bebidas alcohólicas, en un 100%", afirma José López Pérez, ex presidente la junta de usuarios. "Es una tremenda injusticia y un abuso, porque nuestras pensiones apenas han subido un 3%", añade.

Con la entrada del nuevo año, ...

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A los modestos pensionistas y jubilados del Centro Especial de Atención de Mayores (CEAM) Pío XII de Alicante la cuesta de enero les ha deparado una sorpresa extra: el subidón de precios en las consumiciones de la cantina del hogar, dependiente de la Consejería de Bienestar Social. "De golpe y porrazo nos ha subido los precios de las consumiciones, especialmente las bebidas alcohólicas, en un 100%", afirma José López Pérez, ex presidente la junta de usuarios. "Es una tremenda injusticia y un abuso, porque nuestras pensiones apenas han subido un 3%", añade.

Con la entrada del nuevo año, la dirección del centro de jubilados, ubicado en un barrio obrero del ensanche de la ciudad, adjudicó el servicio del bar a una nueva empresa. La firma adjudicataria elaboró una lista de precios con incrementos del 100% para la mayoría de las consumiciones alcohólicas. Así, el quinto de cerveza pasó de 0,42 céntimos de euros a 0,80; el vino corriente, de 0,30, a 0,60; la mistela de 0,40 a 0,80; o el caliche de whisky de 0,50 a 1 euro. "Para nosotros la subida es enorme y, prácticamente, imposible de asumir", asegura Faustino Fernández. Este jubilado, como el grueso de usuarios del centro, percibe una pensión que apenas supera los 400 euros mensuales.

"No nos han dado ninguna explicación oficial", denuncia José Cano, otro jubilado del centro social. "Extraoficialmente, nos han dicho que es para evitar que la gente de fuera [los no socios] se aprovechen de los bajos precios y vengan aquí a emborracharse. Pero eso es imposible, porque nos piden el carné hasta para el baile", añade José. [Este periódico comprobó sobre el terreno el celo del personal del hogar a la hora de verificar la identidad de las personas que entran al centro, hasta el punto de que tuvo que recabar la opinión de los pensionistas a las puertas del local].

José López, socio del centro social desde hace más de 15 años, ha canalizado el descontento de los pensionistas y ha iniciado una campaña de recogida de firmas contra el sorpresivo subidón de precios en la cantina del hogar. El anciano jubilado presentó en la mañana de ayer un escrito de denuncia con 250 firmas de otros tantos pensionistas del hogar en el registro de la Dirección Territorial de Bienestar Social en Alicante. "No se han dignado ni a hablar conmigo", se lamentó López. "Se han limitado a sellar el escrito y a decirme que pronto se convocará una junta para tratar nuestras quejas", añadió.

Las denuncias de este grupo de pensionistas sobre las carencias del centro superan el nada desdeñable ámbito crematístico para su exiguas economías y abarcan otros elementos básicos para la convivencia en el hogar, como sillas, mesas y sofás del salón principal. "Había 24 mesas y quedan 17. Las sillas, un centenar, las tienen apiladas y no nos las dejan usar", destaca Cano. "Pero lo más llamativo, yo diría que indignante y vejatorio, ha ocurrido con los sofás. Los han retirado todos, alegando que sólo servían para dormir y orinarnos en ellos", apostilla López. "Y máxime cuando todo ese mobiliario se compró con los beneficios de los trabajos de la junta", subraya López.

López y Cano coinciden en una última crítica a la dirección del centro: "Han hecho una reforma, en la que se han gastado un millón de euros, y han llenado esto de oficinas, con lo cual ahora estamos más estrechos".

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Ni la dirección del hogar ni la Consejería de Bienestar Social accedieron ayer a dar su opinión sobre la denuncia de estos jubilados. Fuentes del gabinete de prensa del departamento que dirige Alicia de Miguel se limitaron a comentar "que se trata de un asunto interno del hogar, que compete a la dirección y la junta de usuarios del hogar".

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