Un saco de serrín

Por suerte o por desgracia, comienzan a llegar con cierta asiduidad buena parte de los exitosos productos de acción procedentes de Oriente; cintas que, hasta hace poco, eran más habituales en las estanterías de los videoclubes que en las salas.

New police story, protagonizada por Jackie Chan, gran estrella del cine de artes marciales de la última década, contiene los parámetros acostumbrados para el aficionado: no pasan cinco minutos sin que suene un disparo, 20 minutos sin que haya un duelo a patada limpia y media hora sin que la cámara se descuelgue por algún edificio ilustrand...

Por suerte o por desgracia, comienzan a llegar con cierta asiduidad buena parte de los exitosos productos de acción procedentes de Oriente; cintas que, hasta hace poco, eran más habituales en las estanterías de los videoclubes que en las salas.

New police story, protagonizada por Jackie Chan, gran estrella del cine de artes marciales de la última década, contiene los parámetros acostumbrados para el aficionado: no pasan cinco minutos sin que suene un disparo, 20 minutos sin que haya un duelo a patada limpia y media hora sin que la cámara se descuelgue por algún edificio ilustrando una caída mortal. Eso sí, en toda la película no se oye un diálogo que contenga no ya el más mínimo interés, sino algo que al menos no suene a broma de mal gusto, a monosílabo impertinente o a insultante lugar común.

En New police story, un grupo de cuasi adolescentes se divierte acribillando a la gente y obteniendo puntos según la categoría, el sexo o la profesión del muerto. Un macabro juego que recuerda a la salvaje Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000), y que no va acompañado de la menor reflexión. "¿Quiénes sois?", pregunta el policía Jackie Chan en la película. "Somos los que odiamos a los polis de mierda", responde con altura intelectual uno de los chavales. De modo que por muy bien rodadas que estén sus escenas de acción (que lo están), cada diálogo es como una inyección de serrín en las neuronas de los espectadores.