Árboles
Desgraciadamente son habituales las denuncias de los sevillanos por las talas y las podas destructivas que desfiguran a los árboles. Unas veces porque ocultan los resultados de las restauraciones de las fachadas monumentales, otras porque levantan el acerado, otras porque estorban a las canalizaciones y obras públicas, o simplemente porque dicen que están enfermos; en fin, parece como si se obtuviesen beneficios económicos. La cuestión es que los árboles de nuestra ciudad y de nuestros parques viven malos tiempos, y eso que, de por sí, sobreviven a sus grandes enemigos: la contaminación y la s...
Desgraciadamente son habituales las denuncias de los sevillanos por las talas y las podas destructivas que desfiguran a los árboles. Unas veces porque ocultan los resultados de las restauraciones de las fachadas monumentales, otras porque levantan el acerado, otras porque estorban a las canalizaciones y obras públicas, o simplemente porque dicen que están enfermos; en fin, parece como si se obtuviesen beneficios económicos. La cuestión es que los árboles de nuestra ciudad y de nuestros parques viven malos tiempos, y eso que, de por sí, sobreviven a sus grandes enemigos: la contaminación y la sequía. No nos damos cuenta que nos regalan altruistamente oxígeno, humedad, sombra, cobijo para los pájaros y belleza para todos.
Me gustaría creer que estas acciones fueran pasajeras, y que la cordura y la sensibilidad creativa se instalarán entre las personas, tanto de las que llevan la gestión de los parques y jardines como del público en general.