OPINIÓN DEL LECTOR

¿Era tan importante?

Fue el 7 de noviembre de hace ya cuatro años. ETA había asesinado muy temprano a José María Lidón. Poco después, nadie en la Universidad de Deusto podía creerse semejante pesadilla, menos todavía quienes habíamos compartido con él charla y café. Nos quedamos aturdidos, deambulando por la universidad, lisiados porque nos faltaba algo nuestro, porque nos habían arrebatado un trocito del alma, de nuestra historia personal, de nuestra vida, en definitiva.

Clausuramos las clases, no podíamos continuar, no debíamos, además. Un alumno me lanzó una flecha a modo de pregunta entonces: ¿"Es que e...

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Fue el 7 de noviembre de hace ya cuatro años. ETA había asesinado muy temprano a José María Lidón. Poco después, nadie en la Universidad de Deusto podía creerse semejante pesadilla, menos todavía quienes habíamos compartido con él charla y café. Nos quedamos aturdidos, deambulando por la universidad, lisiados porque nos faltaba algo nuestro, porque nos habían arrebatado un trocito del alma, de nuestra historia personal, de nuestra vida, en definitiva.

Clausuramos las clases, no podíamos continuar, no debíamos, además. Un alumno me lanzó una flecha a modo de pregunta entonces: ¿"Es que era tan importante"? Pues claro, José Mari era importante en la universidad, en el juzgado, con sus amigos y especialmente en su familia. José Luis era importante en su pueblo, Miguel Ángel entre sus vecinos, Manuel lo era entre sus amigos y en su familia, Ascensión era importante para los suyos; para sus hijos, Francisco Javier era importante. Emilio y Ángel eran importantes en su barrio, sobre todo en su casa. Fabio era importante, muy importante para sus padres. Todos ellos, todas ellas han sido y son importantes, porque fueron personas y nos las quitaron y nos quedó su recuerdo, un dolor importante y la dignidad de saber reclamarlos.

"¿Es que era tan importante?", me preguntó aquel chico alto. Le respondí mal, no sé qué, pero le respondí enfadado porque él no entendía aquel desconcierto en la universidad, no comprendía que un asesinato, de quien sea, pudiera resultarnos tan indignante.

El próximo lunes, volveremos a concentrarnos en la universidad en memoria de José Mari.

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