OPINIÓN DEL LECTOR

'Tropecientas' obras

Cada vez que mi intrépida Vespa tiene que pasar ante una de las salidas de camiones que jalonan las tropecientas obras de Madrid, miro por el retrovisor y me encomiendo al ángel de la guarda. Los camiones arrastran en sus neumáticos arena, y basta tocar el freno para que esa arena se convierta en una pista deslizante en la que los motoristas nos jugamos la vida. ¿Y si me caigo? ¿Y si no le da tiempo a reaccionar al vehículo que me sigue y acaba arrollándome?

Metidos en gastos de maquinaria a cuenta de las archifamosas tuneladoras, tal vez le quede al alcalde dinero para contratar...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cada vez que mi intrépida Vespa tiene que pasar ante una de las salidas de camiones que jalonan las tropecientas obras de Madrid, miro por el retrovisor y me encomiendo al ángel de la guarda. Los camiones arrastran en sus neumáticos arena, y basta tocar el freno para que esa arena se convierta en una pista deslizante en la que los motoristas nos jugamos la vida. ¿Y si me caigo? ¿Y si no le da tiempo a reaccionar al vehículo que me sigue y acaba arrollándome?

Metidos en gastos de maquinaria a cuenta de las archifamosas tuneladoras, tal vez le quede al alcalde dinero para contratar un modesto servicio de aspiradoras de arenilla para evitar ese riesgo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En