Televisores ruidosos en el metro
Sábado, 7.00 de la mañana, me toca levantarme para ir al trabajo, en la casa hay un "silencio sepulcral" que dice el bolero, ya que sólo me toca trabajar a mí. Salgo a la calle, más silencio. Casi apetece ir a trabajar en sábado por la paz que se respira en el ambiente.
Llego al metro, la taquillera, yo y algún otro agraciado disfrutando de ese silencio que en Madrid tanto cuesta conseguir en estos últimos tiempos.
Bajo al andén: nadie o casi nadie, pero horror, los monitores de televisión que ya han okupado casi todas las estaciones del metro de Madrid, están al máximo de...
Sábado, 7.00 de la mañana, me toca levantarme para ir al trabajo, en la casa hay un "silencio sepulcral" que dice el bolero, ya que sólo me toca trabajar a mí. Salgo a la calle, más silencio. Casi apetece ir a trabajar en sábado por la paz que se respira en el ambiente.
Llego al metro, la taquillera, yo y algún otro agraciado disfrutando de ese silencio que en Madrid tanto cuesta conseguir en estos últimos tiempos.
Bajo al andén: nadie o casi nadie, pero horror, los monitores de televisión que ya han okupado casi todas las estaciones del metro de Madrid, están al máximo de sonido. Se acabó el silencio, la tranquilidad, llega el cabreo, la mala leche.
La campaña contra la contaminación acústica de la que tanto alardea nuestro Ayuntamiento, veo que no ha llegado a la red del metro, a pesar de formar parte de la dirección de dicha compañía. Ruego al Ayuntamiento que deje de tomarnos el pelo con dicha campaña.