La soprano Angela Gheorghiu dice que no puede evaluar la acústica del edificio de Calatrava

La soprano rumana Angela Gheorghiu aseguró ayer que nunca ha pisado un teatro tan moderno como el Palau de les Arts, un espacio en el que interpretó a Carmen la noche de su apertura, y al que describió como una "escultura enorme y hermosa", en el que todo, una vez dentro, hace referencia al mar. Gheorghiu, que se ha definido en más de una ocasión como una diva, afirmó que a día de hoy es imposible opinar sobre la acústica del Palau, porque en su actuación la orquesta estuvo en el escenario, en lugar de en el foso, y se escuchaba al coro con más potencia que a los solistas.

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La soprano rumana Angela Gheorghiu aseguró ayer que nunca ha pisado un teatro tan moderno como el Palau de les Arts, un espacio en el que interpretó a Carmen la noche de su apertura, y al que describió como una "escultura enorme y hermosa", en el que todo, una vez dentro, hace referencia al mar. Gheorghiu, que se ha definido en más de una ocasión como una diva, afirmó que a día de hoy es imposible opinar sobre la acústica del Palau, porque en su actuación la orquesta estuvo en el escenario, en lugar de en el foso, y se escuchaba al coro con más potencia que a los solistas.

A Gheorghiu le gusta hablar de sí misma como una diva, "la primera Angela", y ayer, en una entrevista colectiva en un céntrico hotel de Valencia, se comportó como tal.

Vestida con vaqueros, blusa blanca y gafas de sol casi transparentes, a las ocho de la tarde, escuchó con una ligera sonrisa la pregunta por las críticas recibidas tras su interpretación de Carmen, de Bizet, en el concierto inaugural del Palau de les Arts Reina Sofía, la noche del sábado. Le achacaron cierta frialdad. La soprano respondió que lleva 10 años sin leer una crítica. No porque desprecie el trabajo, añadió, sino porque se trata de un oficio distinto al suyo y porque la percepción de la música depende del oyente. La cantante añadió que cantó como siempre, con toda el alma, y que lo que le importa es la del público, que la aplaudió.

Antes de escuchar la pregunta, Gheorghiu había explicado que el sábado interpretó a Carmen, en Valencia, un día después de haber cantado en Puerto Rico, algo, salir a un escenario dos días seguidos, que sólo había hecho una vez en la vida. Y comparó su cometido con un "champú dos en uno", porque tuvo que interpretar dos papeles distintos la misma noche.

La soprano dijo que visto desde fuera el Palau de les Arts le sorprendió porque nunca había visto un edificio tan moderno dedicado a la ópera; le resultaba imposible imaginar qué escondía dentro. La comprobación fue satisfactoria. Gheorghiu dijo que los balcones, las butacas y las formas arquitectónicas le recordaron al mar.

La cantante rumana no opinó sobre la acústica. La disposición de la orquesta, colocada sobre el escenario en la noche inaugural, en lugar de en el foso, y la falta de decorados, aseguró, se lo impedían. Gheorghiu dejó claro que, en su concepción, la ópera gira en torno a los solistas, y criticó veladamente a Karajan y al resto de directores que otorgan un gran peso a la orquesta.

¿Puede aspirar Valencia a ocupar un espacio en el circuito internacional al nivel de Venecia o Londres? La cantante tampoco contestó directamente. Señaló, sin embargo, que "las cosas se están haciendo bien" y con la gente adecuada. Destacó en varias ocasiones el trabajo de su amiga Helga Schmidt y el del maestro Lorin Maazel y consideró, a pesar de lo dicho anteriormente, primordial que el Palau se dote de una gran orquesta.

Gheorghiu prepara una versión de Tosca, de Giacomo Puccini, para el Covent Garden de Londres, y dejó entrever que las conversaciones con Helga Schmidt para que se represente también en Valencia están muy avanzadas.